Luz Casal, *Un día marrón.
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Sin causa aparente que lo justifique la vida puede dar un salto inesperado pasando de la tranquilidad a la desazón y viceversa. En nuestra mano está coger las riendas y lograr que nos afecte de una manera equilibrada, sabido es que todo está sembrado de complicaciones pero, aún así, la felicidad nos la proporcionan esos pequeños momentos que sumamos y atesoramos. ¿El vaso? siempre medio lleno, insisto. Malos tiempos estos, mal año, mal todo, pero después del 20 llegará el 21, seguirá amaneciendo (que no es poco), la familia y los amigos -que no es lo mismo pero es igual- seguirán aquí, los animales, los libros, los árboles, los planes de presente. Sólo nos queda ser optimistas porque un momento feliz compensa todo lo demás.
Hoy sé que los quebrados son olivos
cercados en el área de la escuela.
Hoy sé que llevan remo y blanca vela
los amados balandros adjetivos.
Hoy sé que aquellos tiempos están vivos,
que cada asignatura es centinela
que vigila un recuerdo y lo revela
con gesto y con presencia redivivos.
Me encontré solitario, inerte, ciego,
sin risueño pasado, sin el juego
alegre entre los vientos del verano,
y yo busqué en los álamos mi vida
y al no encontrarla la creí perdida,
y estaba aquí, al alcance de la mano.
cercados en el área de la escuela.
Hoy sé que llevan remo y blanca vela
los amados balandros adjetivos.
Hoy sé que aquellos tiempos están vivos,
que cada asignatura es centinela
que vigila un recuerdo y lo revela
con gesto y con presencia redivivos.
Me encontré solitario, inerte, ciego,
sin risueño pasado, sin el juego
alegre entre los vientos del verano,
y yo busqué en los álamos mi vida
y al no encontrarla la creí perdida,
y estaba aquí, al alcance de la mano.
Evocación, José Hierro.
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Joan Manuel Serrat, *Hoy puede ser un gran día.
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