lunes, 5 de agosto de 2019

MADRID, LAS QUE FUERON Y UNA QUE NO

Que me gusta viajar es un hecho, y más cuando se trata de un viaje cultural, pura desconexión, pura belleza. Pero está claro que cada vez me gusta menos hacerlo solo. Viajar en solitario tiene sus ventajas, no cabe duda, yo lo asemejo a nadar: mientras se nada uno está solo, completamente solo, con las ideas agolpándose y martilleando en la cabeza. Pero luego llegan las noches y no se puede compartir la experiencia, ésta es la parte del día donde la soledad llama a tu puerta.
Este corto fin de semana en Madrid supuso ponerme en modo OFF, pasear por la ciudad a pesar del sofocante calor, visitar las exposiciones previstas (todas menos una -¿cómo se me pudo pasar la de CaixaForum? Imperdonable-), ir al teatro, al cine y hasta una mañana por El Retiro. ¿Gastronomía? esta vez vietnamita, italiano y japonés.
No tengo queja alguna del viaje salvo no haberlo compartido.
Mis previsiones se cumplieron todas: Museo Lázaro Galdiano; Exposiciones en la Biblioteca Nacional: "Piranesi" y "El paisaje acústico de Joaquín Rodrigo"; y "El lenguaje de la luz", exposición de Ricardo Sanz en Casa de Vacas. Teatro la noche del viernes: "Edith Piaf, voz y delirio" y cine el sábado: "Cold Pursuit".






































Y ésta es la que me faltó por ver...
De vuelta a casa...

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