Me tomaba un café con dos amigas en una cafetería de Santa Cruz, al aire libre, cuando me llegaron efluvios tabaqueros que me hicieron girar la cabeza a ver quién osaba perturbar el aire. No era otra que "la bocachancla", según el ya famoso pase de lista en el Congreso. Ani Oramas me ahumaba mientras departía con alguien y yo no podía dejar de pensar: ¿qué se le pasará estos días por esa cabeza cuando ve como se acaba hundiendo Coalición Canaria? Nunca lo sabremos, claro está, salvo que decida escribir unas memorias que yo, al menos, no osaría leer.
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