sábado, 13 de julio de 2019

CRÓNICA

Mis días entre semana no tienen 24h, a mi me parecen 12 ó 13 como máximo, en todos lo que faltan me falta el sueño, dormir más, todas las horas en fase REM, de sueño profundo, sin escuchar los ronquidos de mi perra ni sus movimientos sobre la cama, sin ver con un ojo entreabierto los dígitos luminosos del despertador, sin adelantar mentalmente la reunión del día siguiente. Acaba la semana, el viernes ya tengo memorizada la lista que lo que quiero hacer, este fin de semana era sencillo, dibujar sábado y domingo, viernes por la tarde relax. El viernes estaba ya tan cansado que mis padres me hicieron dormir un poco antes de subir a casa, en moto, después de comer. ¡No sea que te duermas por el camino! Me conocen bien, no cabe duda. 
Parece que dormir se ha convertido en la asignatura pendiente de mi vida, habrá que hacer algo, aunque ¿cómo sacarle más horas al día? Claro que si un tiene la sensación de vivir 13 en vez de 24, ¿por qué no intentar vivir 30 entonces? mmmmm, tengo que darle una vuelta a esta nueva visión de la relatividad de Einstein.
Pues llegó el sábado, sí, esta mañanita, y son ahora las 17:45 y es ahora cuando acabo de sentarme frente al  ordenador para cumplir con lo que tenía pensado. Pero el cansancio persiste de forma crónica.

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