Ska Keller y Sven Giegold, el pasado noviembre en un acto en Leipzig (Alemania). GETTY IMAGES
Los Verdes crecen como alternativa europeísta frente a los
grandes partidos
Las proyecciones de voto para los ecologistas pasaron del
4,5% al 7% en el último trimestre de 2018.
Bruselas 23 DIC 2018 - 20:33 CET
https://elpais.com/internacional/2018/12/21/actualidad/1545396836_230061.html
Los Verdes han experimentado un fuerte crecimiento electoral
en varios países de la UE a finales de 2018 y buscan afianzarse como
alternativa europeísta en los comicios
al Parlamento Europeo de mayo. Frente al desencanto con los grandes
partidos tradicionales, pero también como antídoto
a la ofensiva de la extrema derecha. Las proyecciones de voto para la
papeleta ecologista pasaron del 4,5% al 7% en el último trimestre de 2018. Un
grupo de Los Verdes reforzado aspiraría a convertirse en una palanca para el
reparto de poder en Bruselas ante un hemiciclo que se augura sin una mayoría
clara
Los sondeos apuntan a una victoria muy estrecha de los
conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), que podrían verse tentados a
buscar alianzas más o menos tácitas con el ala de la extrema derecha. Los
Verdes, mientras, aspiran a aprovechar sus recientes éxitos en el corazón de
Europa para convertirse en el antídoto de un posible giro de la UE hacia posiciones
ultraconservadoras o reaccionarias.
El gran aldabonazo de los ecologistas llegó
el 14 de octubre pasado en las elecciones de Baviera, donde lograron un
récord histórico con el 17,6% de los votos y contribuyeron a poner fin a la
mayoría absoluta de los conservadores (CSU). El éxito se repetía el mismo día
en las elecciones locales en Bélgica y en las generales en Luxemburgo (donde
superó por primera vez el 15%).
“El voto verde ha sido una reacción a la extrema derecha de
los electores que buscan una opción europea y abierta”, considera Ernest Urtasun, eurodiputado español de Los Verdes. Urtasun
cree que el trasvase de papeletas llega tanto desde el campo socialista,
desencantado con la inoperancia de parte de la izquierda, como del votante
conservador, preocupado ante el giro hacia la extrema derecha de algunas
formaciones del PPE. Y en ambos casos, parece desinflarse la fórmula liberal
impulsada por París. “La opción de Emmanuel Macron como salvador del proyecto
europeo ha caído en barrena”, opina Urtasun.
La alternativa ecologista, en cambio, está en alza, con
proyecciones de intención de voto que cerraron el año en torno al 7%, según los
datos de Europe Elects, plataforma que recopila y analiza sondeos de
todo el continente. Si el ascenso se mantiene, el grupo de Los Verdes en el
Europarlamento podría convertirse en una palanca imprescindible para el reparto
de poder en las instituciones comunitarias.
Su influencia, paradójicamente, aumentaría incluso si
perdiera escaños porque su peso proporcional sería mayor en un hemiciclo con
menos escaños (pasará de 751 a 705 como consecuencia de la salida de Reino
Unido) y con los dos principales grupos (PPE y Socialistas y Demócratas)
pendientes de una hemorragia de votos sin precedentes. Los sondeos indican que,
por primera vez desde el inicio de las elecciones europeas en 1979, populares
(PPE) y socialistas (S&D) sumarán menos del 50% de los escaños tras los comicios
del 26 de mayo.
En la previsible reconfiguración del hemiciclo, el polo
conservador en torno al PPE parece llamado a atraer al grupo liberal,
previsiblemente controlado por la formación de Macron y por Ciudadanos. El
líder de los populares, el
alemán Manfred Weber, tampoco cierra la puerta a buscar apoyos más a la
derecha, un guiño hacia el líder de la Liga y vicepresidente italiano, Matteo
Salvini. El polo opuesto giraría en torno a un debilitado grupo socialista y a
una Izquierda Unitaria (grupo de Podemos) que aspira a mantener su apoyo
actual.
El nuevo reparto puede convertir a Los Verdes en el fiel de
la balanza. Y los ecologistas no ocultan que la inclinarán hacia posiciones
progresistas y europeístas que contrarresten la anunciada ofensiva trumpiana promovida
desde Italia por Salvini, con sus aliados en Francia (Marine Le Pen), Polonia
(Jaroslaw Kaczynski), Hungría (Viktor Orbán) o, en España con la emergencia de
Vox.
“El voto verde ha sido una reacción a la extrema derecha de
los electores que buscan una opción europea y abierta”, considera Ernest Urtasun, eurodiputado español de Los Verdes. Urtasun
cree que el trasvase de papeletas llega tanto desde el campo socialista,
desencantado con la inoperancia de parte de la izquierda, como del votante
conservador, preocupado ante el giro hacia la extrema derecha de algunas
formaciones del PPE. Y en ambos casos, parece desinflarse la fórmula liberal
impulsada por París. “La opción de Emmanuel Macron como salvador del proyecto
europeo ha caído en barrena”, opina Urtasun.
La alternativa ecologista, en cambio, está en alza, con
proyecciones de intención de voto que cerraron el año en torno al 7%, según los
datos de Europe Elects, plataforma que recopila y analiza sondeos de
todo el continente. Si el ascenso se mantiene, el grupo de Los Verdes en el
Europarlamento podría convertirse en una palanca imprescindible para el reparto
de poder en las instituciones comunitarias.
Su influencia, paradójicamente, aumentaría incluso si
perdiera escaños porque su peso proporcional sería mayor en un hemiciclo con
menos escaños (pasará de 751 a 705 como consecuencia de la salida de Reino
Unido) y con los dos principales grupos (PPE y Socialistas y Demócratas)
pendientes de una hemorragia de votos sin precedentes. Los sondeos indican que,
por primera vez desde el inicio de las elecciones europeas en 1979, populares
(PPE) y socialistas (S&D) sumarán menos del 50% de los escaños tras los
comicios del 26 de mayo.
En la previsible reconfiguración del hemiciclo, el polo
conservador en torno al PPE parece llamado a atraer al grupo liberal,
previsiblemente controlado por la formación de Macron y por Ciudadanos. El
líder de los populares, el
alemán Manfred Weber, tampoco cierra la puerta a buscar apoyos más a la
derecha, un guiño hacia el líder de la Liga y vicepresidente italiano, Matteo
Salvini. El polo opuesto giraría en torno a un debilitado grupo socialista y a
una Izquierda Unitaria (grupo de Podemos) que aspira a mantener su apoyo
actual.
El nuevo reparto puede convertir a Los Verdes en el fiel de
la balanza. Y los ecologistas no ocultan que la inclinarán hacia posiciones
progresistas y europeístas que contrarresten la anunciada ofensiva trumpiana promovida
desde Italia por Salvini, con sus aliados en Francia (Marine Le Pen), Polonia
(Jaroslaw Kaczynski), Hungría (Viktor Orbán) o, en España con la emergencia de
Vox.
El desenlace menos rupturista de la batalla europea
incorporaría a Los Verdes a la actual alianza entre populares y socialistas, en
la que ya colaboran los liberales. Esa fórmula permitiría aislar a las fuerzas
euroescépticas, si se mantienen en torno al 25% de los escaños como en esta
legislatura. “Pero si logran el 33% y se organizan, será muy complicado lidiar
con la situación”, advierte una fuente comunitaria. En ese escenario, la
capacidad de negociación de Los Verdes aumentaría de manera significativa.
Pero el enemigo a batir en las urnas de Los Verdes,
curiosamente, no serán Salvini y los suyos, sino el grupo de Macron. Los
ecologistas confían en arrebatar parte del electorado a un Macron
desestabilizado por la revuelta de los chalecos amarillos y que
aspiraba a presentarse como única alternativa al populismo euroescéptico de
derecha e izquierda. “No se puede defender la refundación de Europa, como ha
hecho Macron, invocando las mismas recetas de la gran coalición [populares y
socialistas] durante toda la crisis”, dice Urtasun.
Para afianzar su proyecto europeísta, Los Verdes han elegido
a la
eurodiputada alemana Ska Keller, y al eurodiputado holandés Bas Eickhout,
como cabezas de lista. El plan verde, sin embargo, tiene importantes obstáculos
por delante. Su punto de partida (con 52 escaños) es bajo y su posibilidad de
mejorarlo es limitada.
Su presencia solo es significativa en un puñado de países
(Alemania, en particular) y en las últimas elecciones en 2014 solo obtuvieron
escaños en 18 de los 28 socios de la UE, mientras que populares y socialistas
sumaron en todos y los liberales, en 21. Los recientes éxitos electorales de
Los Verdes se han producido, además, en algunas de las zonas más ricas de la
UE, lo que revela una base electoral urbana y pudiente pero no tan amplia como
la de los otros partidos principales.
UN MOVIMIENTO MINORITARIO EN ESPAÑA
NICOLÁS PAN-MONTOJO
El movimiento verde trata de cobrar relevancia en España,
pero aún es minoritario y en gran parte se ubica dentro de otras corrientes de
izquierdas. Equo es el partido ecologista más importante; fundado en 2011,
forma parte del Partido Verde Europeo y concurrirá a las europeas con Unidos Podemos.
Según Carmen Molina, portavoz del partido, los verdes españoles “no tienen
todavía la madurez del movimiento europeo”. “El ecologismo está llegando, pero
está costando algo más que en el resto de Europa”. El movimiento está, además,
dividido, con la competencia por el espacio del Partido Animalista. Según la
politóloga Berta Batet, el sistema electoral ha hecho que los verdes se
aglutinen en torno a IU y ahora Unidos Podemos, “que han asumido una gran parte
del discurso ecologista como propio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario