La homeopatía me parece el timo de la estampita, y más cuando uno lee sobre las bases de esta pseudociencia, una verdadera tomadura de pelo. Ya he contado en alguna ocasión que Juan, mi socio, creía en esto y, cuando empezó a dolerle el pecho, acudió raudo a un amigo/ médico, homeópata, que le recetó unas pastillas con el consdabido ¡esos son gases!. Juan no tenía gases sino cáncer de pulmón y perdió un tiempo precioso durante los meses en que se fiaba de su amigo/ médico. Por cierto, éste no apareció nunca a verlo cuando estaba ingresado ni cuando la palmó. Cosas de la homeopatía, debe ser.
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