lunes, 19 de noviembre de 2018

SIN MÓVIL

La semana pasada acabé exhausto, ¡el miércoles! No aguantaba más discusiones ni más estrés ni más guerras perdidas (las guerras se pierden siempre, de una forma u otra, y quien diga lo contrario miente). Un segundo más en el trabajo y tiro la toalla, me sentía una isla, una absoluta isla en medio de todo aquello. La única salida era quemar las naves y les aseguro que no faltó mucho para ello. Luego la cabeza le planta cara a los impulsos del corazón y ese Pepito Grillo que todos tenemos termina imponiendo la cordura (¿o no?). Cordura digo, ya no sé qué pensar, quizá la cordura sería lanzarme como el loco de Gibran Jalil Gibran y listo. 
Decidido no dimitir finalmente opto por pedir un día libre y desconectar el móvil cuatro días, desconexión total en Gran Canaria. Mis perritas acompañadas, mis padres y amigos avisados, todo controlado; vuelo el miércoles por la noche y logro mantenerlo apagado hasta el domingo por la mañana ¿o fue tal vez el sábado por la tarde? Muchas cosas allá, poco trabajo y mucho relax. Créanme si les digo que la experiencia de estar varios días sin móvil es altamente aconsejable por gratificante. Claro que... fue volver al trabajo esta mañana y plegarse el tiempo, NO WAY!
   

John Mayer, *New light.

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