sábado, 3 de noviembre de 2018

¿GORDO YO?


Tengo una reunión fuera de la oficina hace un par de días y salgo un rato antes para poder encontrar aparcamiento, situación harto difícil al estar el lugar de encuentro junto a un polígono de concesionarios de coches que siempre está repleto. Pues lo consigo, no muy cerca pero a unos minutos paseando. Así, apago la radio, aparco y me doy un paseo hasta el lugar de encuentro, sin prisas porque iba con tiempo suficiente. A medio camino, en el aparcamiento de uno de esas concesionarios de coches de lujo, veo a un amigo de mi padre, al que saludo, ¡hola! Él me mira y me contesta ¡pero qué gordo estás! Luego ocurrió todo en un par de segundos. Mi respuesta, ¡pero qué desagradable eres! y mi despedida, ¡me voy que llego tarde a una reunión!
Ya conocen a este personaje, de él está llena la literatura y el cine, este personaje que se hace odiar nada más sale a escena. Este personaje, el mismo que, cuando yo era un adolescente, me pegó dos chillidos en la calle para que me acercara a él y le contesté ¡no! Este tipo de personas que cruzas la calle cuando lo ves y que espera no tener que cruzar palabra nunca.
Yo gordo, sí, pero tú viejo y antipático, y contra ello poco se puede hacer. Que te den.

PD. Ni que decir tiene el placer de dioses que produce borrar del mapa a un individuo como éste. ¡Bazinga!

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