domingo, 12 de agosto de 2018

LA VENTANA DE MI CASA

Paso muchas horas en el pequeño despacho de mi casa, situado en la esquina SE, mi mesa de trabajo se emplaza bajo una ventana (con un cristal no demasiado limpio, dicho sea de paso)  donde veo árboles, algunas casas, la carretera de toda la vida y pájaros, muchos pájaros: mirlos, cernícalos, algunos más pequeños y hasta una lechuza -coruja la llamamos en Canarias-. Es un placer y una sorpresa cuando alguna de estas aves se posa en el elféizar, sin percatarse de mi presencia, y permanecen unos segundos ahí oteando el horizonte. Ver emprender el vuelo a una coruja, como a cámara lenta, es realmente bonito.
No olvidemos, tampoco, a la araña que suelo tener entre el paisaje y mi mesa, la misma que comparte conmigo las largas horas de dibujo por las tardes o los fines de semana, como ahora... 

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