A veces un día da para mucho, para tanto, y sin que sirva de precedente. ayer viernes estaba en pie como las gallinas, ducha y calle. Desayuno frugal y a contrarreloj, hice mal los cálculos temporales y a las 9 debía estar en la visita de obra del Astoria, en Santa Cruz, pues tenía cita a esa hora y era la primera de las cosas a hacer de mi profusa lista de deberes. La visita muy bien, el edificio mejor, casi a punto de poner la guinda. Después un café con mi socia para ver algunas cosas de trabajo, solucionar problemas, hablar del futuro... Seguí con Gerencia de Urbanismo, fotos para renovar el pasaporte, exposición en el TEA (magnífica la retrospectiva de Chevilly), almuerzo, un poco de descanso en casa con las perritas y vuelta a Santa Cruz, en esta ocasión al auditorio para asistir a uno de los últimos conciertos de la temporada de la Orquesta Sinfónica, nada menos que la 5ª Sinfonía de Beethoven y la 4ª de Chaikovski. Cena y fin de la jornada.
PD. Por cierto, en la exposición de Chevilly nombraban a la tertulia del Café El Águila, donde mi tío Juan (Nijota) fue uno de los asiduos (n1 22).
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Chaikovski, *4ª Sinfonía.
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