NASTY

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Durante meses hemos escuchado, de todas las maneras posibles, cómo se les llenaba la boca a los "partidos de estado" de las palabras constitución, constitucionalista, etc.  La Constitución entendida como la panacea nacional, la piedra filosofal, el libro que todo lo puede. La respuesta a todas las preguntas, a todas las dudas, siempre la misma: lo dice la Constitución. Y así todos tan felices.

Pero, oh sorpresa, la Constitución no sólo habla de la unidad del Estado, también de la opción de la Moción de Censura. ¡Nooooooo!, ya no me está gustando tanto, esto no está bien. Ahora ya no podemos usarla de ejemplo, no nos conviene, no, no. Ahora la consigna es palabras como traición, dar la espalda al pueblo, pérdida del sentido de estado y cualquiera de esas frases hechas a la altura del "no eres tú, soy yo" o cualquiera de esas joyas.

La lealtad, el dichoso "sentido de Estado", la oposición bien entendida, la autocrítica, y hasta la vergüenza ajena y propia, ¿dónde están? Creo que donde las llaves, en el fondo del mar. Ahora estamos en guerra y vale todo, triunfa el "y tú más", la falta de memoria, la desvergüenza, el ojo por ojo. Y mientras, ¿qué ocurre con el país? ¿cono nosotros los ciudadanos que vemos con cara de tontos el espectáculo de la política? Pues nada, ¡qué les importamos a ellos! Los ciudadanos no somos la prioridad nunca, lo son las puñaladas por la espalda y los puentes de plata, la primera piedra, escupir hacia arriba. Viendo el nivel del fango político, las dimisiones que fueron y las que se piden, no dejo de acordarme de Saramago y de su "Ensayo sobre la ceguera". Le guste al PP o no, la moción de censura la ha ganado el PSOE, tan limpiamente como los Populares las elecciones, he ahí la grandeza de la democracia. C'est la vie! Ahora es cuando quiero volver a ver al PP coreando ¡Viva la Constitución!, ¿lo imaginan?

PD. Creo que una vez conté un chiste políticamente incorrecto, mea culpa.