Si hay algo que me produce realmente repulsión son los abusones, los cobardes y los insolidarios, y posiblemente por las mismas causas.
La figura del abusón es terrible -quien haya sufrido abusos en el colegio sabrá de lo que hablo-, pero afortunadamente la vida lo pone a cada uno en su lugar. El que abusa suele ser, a la par, insolidario y cobarde, adolece de falta de autoestima que proyecta en los más débiles, vive acomplejado, celoso de los demás. El insolidario pide, pide, pide, pero nunca da. El cobarde tira la piedra y esconde la mano, es insolidario también y, cuando puede, abusa le dos demás.
Como diría una amiga, sólo les deseo que lleguen a viejos... ¡solos!
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