Colección Telefónica
Cubismo(s) y experiencias de la Modernidad. (A partir del 22 de noviembre, 2017).
Edificio Sabatini. Planta 2
Jacques Lipchitz afirmó que el cubismo había sido una tarea
de emancipación de todo el arte precedente. Juan Gris consideraba que el
cubismo no era un procedimiento sino un estado del espíritu y que, como tal
estado del espíritu, estaba en relación con todas las manifestaciones del
pensamiento de su época. Los protagonistas del cubismo supieron bien lo que su
experiencia comportaba y hoy la conciencia artística del presente no duda en
situar al cubismo como piedra angular del arte moderno.
Sin embargo, las visiones y los relatos de la experiencia
cubista son, en ocasiones, divergentes. El cubismo es pronunciado en singular,
pero su espacio creativo fue plural. Es acertado hablar de «los cubismos». Una
determinada visión —que quizás es una visión dominante— tiende a ser
restrictiva con los protagonistas, los tiempos y los escenarios de la
experiencia cubista. Otra visión, por el contrario —una visión actualmente
necesaria— tiende a ser amplia y compleja, y entiende el cubismo como proceso
dilatado en el tiempo, variado en sus aportaciones y numeroso en sus
protagonistas.
La reunión de la Colección Cubista de Telefónica con los
fondos cubistas del Museo Reina Sofía es una propuesta en favor de la
concepción plural de la experiencia cubista. Y la reunión de ambas colecciones
implica, además, el dominio expositivo y argumental de la obra de Juan Gris.
Plantear la experiencia cubista es, sin duda, plantear la prevalencia de la
obra de Pablo Picasso y Georges Braque. Pero en el momento presente, la
reconsideración de la experiencia cubista atendiendo a las formulaciones de
Juan Gris es no solo lícita y posible, sino que es, además, deseable, pues
contiene en sí misma la complejidad de lo que el cubismo realmente fue.
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