lunes, 21 de agosto de 2017

LA GARGANTA

He estado desde el jueves convaleciendo, prácticamente sin salir de casa salvo para acercarme a la farmacia o al supermercado. Afortunadamente no suelo ponerme malo, ni gripe ni dada, salvo la dichosa rinitis que en verano hace sus estragos en mi nariz. Pues eso, no suelo estar malo pero, cuando caigo enfermo, si además la causa es la garganta, lo paso realmente mal, pues me sube la fiebre mucho. El jueves a la 1 dejé el trabajo para venir a acostarme porque tenía 39°, al mediodía, como si tal cosa. El fin de semana ha sido un tira y afloja con la fiebre, sudores fríos, calor, duchas, etc. Hoy tengo cita en el Centro de Salud y espero que me tupan a antibióticos.
Si algo tiene el estar encerrado en casa por enfermedad es que a uno se le pueden caer las pareces encima, aunque la verdad yo, como me entretengo con casi cualquier cosas, he aprovechado para trabajar en una memoria que cerrará de una vez un proyecto en el que andamos metidos, leer, dormir y ver películas; de hecho me he pegado un maratón de zombies, de Philip Roth y hasta tuve tiempo para una comedia.





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