Si Canarias prohibió las corridas de toros hace ya muchos años -fuimos la primera comunidad autónoma en establecerlo-, algo que nos llena de orgullo, hoy son las Islas Baleares las que prohíben las corridas con sufrimiento y muerte del toro. Algo es algo. De todas formas me resisto a entender cómo alguien disfruta viendo marear a un pobre animal muerto de miedo, capote va capote viene, y menos aún cuando hay sangre. Pero, repito, algo es algo y menos es nada.
Para que esta nueva ley saliera adelante han votado a favor todos los partidos de izquierdas y el PP+Ciudadanos en contra. Que el PP vote a favor no me extraña nada, ya sabemos que se trata de un partido "conservador", según la etimológica definición de la palabra, pero que un partido como Ciudadanos, joven, del Siglo XXI, la nueva derecha, sea capaz de votar en contra de algo que mejora la calidad de vida de estos pobres animales, que da otro estocado a esta sangrienta y sádica "fiesta", poniéndose del lado más recalcitrante, es algo que no puedo entender. En fin, viva la democracia y el voto secreto.
Ah, ya tardaban demasiado los hombres del Ministerio de Cultura (de "Cultura", increíble) en amenazar a la Comunidad Autónoma por extralimitarse en sus leyes, según vociferan. La España cañí más auténtica.
Repito, menos mal que el voto es privado, personal e intransferible. ¡Olé!
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