Tuve ayer una reunión donde, en medio del fragor de la discusión, respondí mal a una compañera. Me di cuenta enseguida, esperé al final y me disculpé.
¿Hasta dónde hemos llegado que el trabajo se ha apoderado de todo? Y eso que no vamos a heredar nada de él...
No hay comentarios:
Publicar un comentario