sábado, 10 de junio de 2017

BUDAPEST

Hace algunos años, mis amigos y yo organizábamos un viaje a Praga, pero no pudo ser, coincidió con una cumbre de no-me-acuerdo-qué y cambiamos el destino. Finalmente viajamos a Viena y a Budapest. En la ciudad austriaca ya había estado, siempre grandiosa pero aburrida -claro que posiblemente me equivoque-, esa fue la impresión que volvió a darme. Budapest nos encantó, realmente bonita para pasear (quizá demasiada gente pidiendo, al menos el año aquel), con una arquitectura que te recuerda su esplendor y su historia allá donde vas, con unos puentes que no desperecen en absoluto los de París y una ciudad donde comer era toda una experiencia: barato y en abundancia.
Una de las noches cenamos en éste, el "Verne Restaurant", algo parecido a hacerlo en un submarino. Praga sigue aún pendiente.

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