Hoy he estado dibujando prácticamente todo el día, terminando el proyecto que tengo entre manos y del que sólo me falta terminar la sección constructiva, un dibujo que siempre me gusta hacer pero que resulta muy laborioso. Por la tarde, pensando en que a las perritas les gustaría estar un rato fuera -si estoy dibujando ellas normalmente no se separan de mi lado-, decidí guardar el dibujo, cerrar el ordenador y sentarme a ver una película, en principio. Un café descafeinado y "Horizonte final", una de ciencia ficción que no recordaba haber visto y que me resultó aburrida, mala y que ha envejecido muy mal (1997). Después de terminar, sin ganas de seguir viendo nada en el televisor, me senté a leer, y hasta ahora, bed time for me! Como sigo teniendo esta absurda manía de leer varios libros a la vez, escogí el favorito de esta tanda, OUT, de la japonesa Natsuo Kirino. Me gusta la forma de escribir y, de camino, voy conociendo un poco más el tipo de vida en Japón, tan diferente al nuestro.
Me senté en la esquina del salón a leer, donde tengo el sillón colocado en mi modesta biblioteca que es mi particular joya de la casa junto a mi pequeño jardín (ya lo decía Cicerón), con una manta sobre las piernas porque si no termino congelado, las perritas entrando y saliendo y con música de Chopin de fondo. Para leer me gusta también poner un DVD de ópera, pero muchas veces pierdo el hilo de la lectura al encontrarme absorto escuchando un aria determinada. La música clásica, y en particular Chopin o Debussy, por ejemplo, son siempre una magnífica elección para acompañar un buen libro (y uno malo también).
Chopin, *Nocturno nº1 en do menor, op 48.
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