viernes, 23 de diciembre de 2016

UNA COMBINACIÓN DESAGRADABLE CON FINAL FELIZ

Anoche dormí poco, y mal. Tuve una pesadilla de la que sólo recuerdo una fosa de hormigón con tierra y piedras dentro que, por arte de magia, parecía tragarse toda el agua que le llegaba. Obviamente no fue, en absoluto, un  sueño gratuito, pues por la tarde me había dado cuenta que la bomba de fecales de nuestras casas -bomba que es como Alien, pero en este caso el sexto pasajero-, estaba aparentemente parada, como así era. Hoy, bajo una incesante lluvia y viento más que desagradable, mi vecino Óscar y yo (él es nuestro  MacGyver particular) sacamos la bomba, la desmontamos, la limpiamos y la dejamos nuevamente sumergida y funcionando. De allí directo a la ducha porque acabé negro entre la grasa, la suciedad y lo demás que no hace falta describir. Dentro de un rato bajaré de nuevo a comprobar que sigue funcionando como dios manda.
Como siempre, ¡gracias Óscar!

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