El tiempo está loco, no me cabe duda ya; después de esta hola de calor que ha caído sobre las islas desde el Sahara, me despierto hoy como las gallinas, por obra y gracia de Augusta que yo no duerme nunca de un tirón, pare encontrar el jardín sumido en la niebla, bajo una suave llovizna para delicia del césped y con 19° de más que agradable temperatura. Aún en pantalones cortos pero con una sudadera, me encaminé a una cafetería cercana para tomar mi segundo café del día mientras acababa de leer la biografía de Golda Meir, no muy buena pero entretenida. Ya en mi casa, sentado frente al ordenador e inmerso en intentar encajar dos pequeños lofts en una parcela pequeña, escucho Don Pasqualle y veo como, a través de la ventana, la niebla no se disipa y el color gris domina el paisaje. Por cierto, escuchar esta ópera de Donizetti y recordar el Padrino de Nino Rota es inevitable.
Pues bien, sigo dibujando y me espera, para esta tarde, empezar un nuevo libro, esta vez "Sapiens. De animales a dioses", de Yuval Noah Harari. Tenía pensado seguir con Golda Meir y su autobiografía: "Mi vida", pero en España está descatalogado y me ha costado encontrarlo por lo que aún espero a que me llegue. A ver qué más me depara este día.
Don Pasqualle, Donizetti.
*Povero Ernesto... (Alfredo Kraus)
El Padrino, *Vals. Nino Rota
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