Operaron a Augusta el viernes de un quiste, nada serio afortunadamente. Después de unas horas en el veterinario la recojo y tan feliz, moviendo el rabo y con buen aspecto. Ya en casa, con un vendaje con apariencia de pañal, más aparatoso que otra cosa, casi casi ha vuelto a sus quehaceres de siempre: pis y caca en el jardín, desesperación por la comida y dormitar el resto del día. Para que le sea más fácil la convalecencia he bajado su cama al salón. Octavia, mientras, huele curiosa.
Yo aprovecho para leer, a ver si termino el libro en el que ando sumergido, y ver algunos capítulos de la 3ª temporada de Banshee.
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