El Prestige marcó un antes y un después en la ecología, al menos en España -y al menos en teoría-, aunque por supuesto ningún político pagó por aquella suma de desafortunadas decisiones que llenaron la coste de "chapapote". De él se habló mucho, meses y meses, aún se habla de las consecuencias de aquel dichoso vertido. Pero nuestro país es de corta memoria y de rasero distinto, está claro: ahora tenemos una fuga de petróleo de un barco ruso hundido cerca de Gran Canaria y los periódicos nacionales ni caso (al barco, incendiado, lo alejaron de la costa y lo dejaron hundirse). Ahora mismo he comprobado las primeras páginas de los periódicos nacionales y, como me temía, en ninguna de las portadas hablan de este vertido. ¿Dónde están los defensores de las prospecciones petrolíferas en aguas canarias que con tanta vehemencia explicaban los riesgos casi inexistentes ¿por qué no hablan ahora de cómo arreglar este penoso asunto? Mientras, tortugas, aves, delfines... esperando a ver qué hace nuestro Gobierno. A los canarios ¡patada en el culo!
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