martes, 16 de diciembre de 2014

A MAL TIEMPO BUENA CARA

 
Repito el dicho, a mal tiempo buena cara. Una vez resuelta nuestra particular odisea en forma de fosa y bomba, que no de viaje, y después de una ducha relajante y purificadora (literalmente, habiendo visto lo visto -y tocado-) me dispuse a vestirme de motero y darme un salto a La Laguna para, entre otras cosas, entregarle un CD de villancicos a mi amigo Ventura y comprar los regalos para el cumpleaños adelantado de mi(s) ahijado(s) del próximo miércoles. Claro que no contaba con la astucia del destino, que tenía otros planes para mi, y al incorporarme a la autopista desde la terminal vieja del aeropuerto de Los Rodeos, ahora rimbombantemente renombrado AEROPUERTO TENERIFE NORTE, noté que la moto perdía fuerza, o sea que se paraba y ¡zas, en toda la cara!, la cadena se había salido del piñón. Caja de herramientas abierta, llave precisa que no está, manos negras de grasa, frío congelante... Grúa y a casa.

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