miércoles, 16 de abril de 2014

DAWSON CREEK O CÓMO HEMOS CAMBIADO

Desde el último viernes, día en que operaron a Augusta de "cosas de mujeres", he pasado más tiempo en casa, así he tenido la oportunidad de vigilarla con atención y evitar colocarle el collar isabelino -llamado lámpara de IKEA por un amigo-. Augusta se va recuperando, el sábado le quitarán los puntos, o al menos eso espero, y yo podré volver a recobrar la poca vida fuera de casa de la que disfruto (por elección, no me quejo en absoluto). Así, a más tiempo dentro de casa más tiempo también para disfrutar de la lectura, de la música y de alguna serie. Respecto a esto último, como había traspapelado el disco duro portátil con el que ando de aquí para allá, eché un ojo a mi dvdteca, y en ella encontré una serie de 1998 que había comprado quién sabe cuándo y de la que jamás había visto capítulo alguno: "Dawson Creek", o "Dawson crece" como la llamaron en España. No va esta pequeña reflexión sobre la serie en sí, que lo poco que he visto me entretiene, sino de algo en lo que caí en el capítulo III, la vida de los cuatro personajes transcurre entre el instituto, sus casas, sus hobbies, sus trabajos... ¡y no hay ni móviles ni ordenadores ni Internet! Increíble. ¡Una generación completa de adolescentes pre-Internet! y tan felices. Todo un estudio sociológico se podría hacer de series como Dawson Creek. 

Presuntos Implicados, *Cómo hemos cambiado.

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