miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA YENKA


El honor perdido de J.I.Wert
Por: Ernesto Ekaizer | 05 nov 2013
http://blogs.elpais.com/analitica/2013/11/el-honor-perdido-de-jiwert.html

Por haber perdido hasta el último gramo de honor, el de tener la decencia de dimitir por las consecuencias de sus actos, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, tiene que ser apartado de su cargo. 
El último acto del ministro, el de la expropiación retroactiva, sin audiencia previa, del derecho a las becas Erasmus, ha sido tan indefendible, el clamor popular tan fulminante, que sus colegas en el Gobierno dijeron, en este tema puntual, que su apuesta debía ser retirada.
No podían seguirle en su particular hara kiri.
Tampoco la Comisión Europea, que apoya el proyecto de recorte, pero sin carácter retroactivo.
Wert no parece haber aprendido lo que es la retroactividad y sus perjuicios, con los ríos de tinta que todavía están frescos en la prensa.
Y ha puesto a todos sus aliados en una situación comprometida.
Mira por dónde, en su libro El honor perdido de Katharina Blum (Seix Barral, 2010), el autor alemán Heinrich Böll describe los excesos de la libertad de expresión, cómo, amparándose en ella, cierta prensa amarilla es capaz de despedazar impunemente el buen nombre de personas inocentes aprovechando la circunstancia con el pretexto de su carácter de personajes de interés público. 
En el caso de nuestro hipotético El honor perdido de J. I. Wert, en cambio, no ha habido amarillismo de la prensa. Es al revés: el gestor sin complejos de causas amarillas y demagógicas, que intentan reflejar a la minoría presuntamente bienpensante de éste país,  ha sido él...amparándonse en un pretendido papel de ideólogo del Gobierno.
El guardián de sus esencias doctrinales.
Eso, el demiurgo.
Algunos medios de comunicación han sido caja de resonancia de los desmanes del ministro y se han hecho eco de la movilización, perdón, de las fiestas de cumpleaños celebradas por los estudiantes, no como en Chile, Wert dixit, contra sus delirios e improvisaciones. Y han sido estos estudiantes los que han destapado la última jugarreta del ministro.
La gestión de Wert en el frente de guerra de Educación, por cierto, lo inhabilita para cualquier enroque. Por ejemplo, con la presidencia de Radio Televisión Española (RTVE), su destino original frustrado.

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