sábado, 14 de septiembre de 2013

UN PASEO, UNA PRESENTACIÓN, UNOS CABALLITOS, UNA PIZZA, UNA PELÍCULA, UNA SORPRESA Y UNA SERIE FRANCESA

Mi amigo Esteban (encarneviva) presentaba ayer en la Galería STUNT su fotografía de desnudos en La Tejita, homenaje a Spencer Tunick. Después de ponerle gasolina a la moto me acerqué al centro de La Laguna, aparqué frente a la catedral y me di un paseo hasta la galería. Me preguntaba, mientras sorteaba a la gran cantidad de gente que encontré a mi paso, qué ocurriría para que la ciudad estuviese tan concurrida, hasta que, somo es ya costumbre, me crucé con mi amigo Ventura y Sra. que, amablemente, me explicó que se trataba de la víspera del Cristo y lo que allí ocurriría esa noche. Continué mi camino hasta llegar a STUNT, besos y abrazos varios, making of de la fotografía, presentación de la foto elegida y, al empezar el refrigerio, me fui discretamente, tal y como había llegado. Al salir me crucé con uno de los actos predicho por Ventura, el desfile de los caballitos. Yo soy poco de fiestas populares, pero en esta ocasión he de decir que no hay animales a los que torturar sino sencillos caballitos hechos de papel para regocijo de los niños y de sus padres.
No fue ayer un día bueno, aunque lo que me había propuesto lo terminé sin problemas -papeleo para cambiar de titularidad la Van Van, seguro, etc.-, y al volver motorizado a casa recordé que no fui nunca al supermercado, que la nevera estaba vacía y que yo tenía hambre. ¡A la mierda el régimen! me dije, una pizza de jamón y queso y una película antes de irme a la cama. Odio acostarme con el estómago lleno, duermo mal. Habiendo leído ayer mismo algo sobre el Yom Kippur en no-se-dónde, así que supongo que por asociación de ideas terminé eligiendo en mi disco duro "El juicio de Nuremberg", que en España se tituló con el absurdo "¿Vencedores o vencidos? (ya se sabe, estrenada en plena dictadura de Franco), estrenada hace ya cincuenta y dos años años. 
No tuve la oportunidad sino de ver calculo que un 25% de la película, pues cuando estaba sentado tranquilamente con las perritas conmigo en el sillón, recibo un mensaje de voz, de esos nuevos que tanto le gustan a mi amiga Isa, preguntándome si recibiría a tres sedientas cafeteras en mi casa. Dicho y hecho, a las 10 minutos se plantaban en casa con unos dulces, preparé café y nos quedamos de cháchara agradable hasta más de la una de la mañana. Aunque la bebida había sido descafeinada, al quedarme solo no tenía sueño ni ganas de acostarme, por lo que me senté frente al ordenador, actualicé la versión del iTunes para pasar el primer capítulo de Les Revenats al iPad, la serie francesa de Canal + que aún no ha sido estrenada en España.
Hasta ahora no había pasado nunca una película al iPad, pues éste, regalo de mis amigos Bea y Juan -siempre tan generosos-, lo suelo utilizar para leer el periódigc y navegar por Internet. Me puse manos a la obra, pasé el primer capítulo de la serie, el cual estaba grabado en mp4 y no podía verlo a través del disco duro que tengo conectado a la tele, para descubrir que no sabía cómo verlo en el iPad, simplemente no lograba que la serie apareciera en el visor. Pero como ya se sabe que con paciencia se resuelve casi todo, al final encontré el capítulo y, pertrechado de tableta y auriculares me metí en la cama en busca de Morfeo. Claro está que no llegó hasta que terminé de ver el capítulo, por ende muy bueno. Otra serie a la que me he enganchado irremisiblemente.

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