La elección, o no, de Madrid como sede de las Olimpiadas en el año 2020 desata, claramente, sentimientos encontrados en el españolito medio. Ya se encarga la TV del régimen de meternos M2020 por los ojos, evitando cualquier atisbo de duda. Una Olimpiadas son buenas per se, dan prestigio y, si se organizan bien, trabajo y dinero. Por un lado todos contentos, pero ¿y la crisis? ¿y este despliegue monetario en la cara de tanta y tanta gente que lo pasa mal? ¿harán los bancos, de nuevo, su agosto prestando dinero cuando tanta gente sufre para pagar su hipoteca o ante las abusivas cláusulas-suelo? ¿Y el rédito político de gente como Ana Botella, ejemplo penoso de oratoria y con menos clase que cualquiera de los contertulios televisivos, más preocupada por su futuro que por la ciudad o los Juegos? Afortunadamente, por el lado bueno, tenemos un plantel de deportistas que sirven de ejemplo en todo el mundo, sin necesidad de utilizar la mentira, la demagogia o la desfachatez de los políticos. Escuchar a Nadal o a Gasol hablar de lo que supondrían los Juegos Olímpicos para Madrid es un placer. Un 10 para los deportistas, un 0 para los políticos. De sacar en procesión por Buenos Aires al Príncipe y a Letizia... sin comentarios.
Qué bonitos son unos JJOO para los miles de estudiantes que han visto recortadas sus becas, para los cientos de miles de enfermos que tienen que esperar cada vez más tiempo para ser atendidos en la sanidad pública o para los miles de científicos despedidos; todo ello en nombre de una criminal austeridad que sin embargo parece no ser necesaria cuando hablamos de derrochar miles de millones de euros en fastos faraónicos para que los mismos de siempre: especuladores, constructores y banqueros vuelvan a retomar sus sucios negocios, esos mismos que nos han traído la terrible crisis que llevamos arrastrando y pagando a tocateja todos los sufridos ciudadanos de este sombrío país. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/09/locura-olimpica-o-es-que-no-hay-sensato.html
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