martes, 3 de septiembre de 2013

BYE BYE VAN VAN

Photo by Dani Miquel

Llevaba yo dos días con la mosca detrás de la oreja porque la moto hacía un ruido extraño, más bien hacía mucho ruido. Esta mañana el ruido era más que evidente y, al mediodía, le decía a mi amiga Anita que iba a bajar a Santa Cruz a almorzar por la carretera general, no por la autopista, por si a la moto le daba por pararse. Al final, la inercia de la costumbre es así, bajé por la autopista pero al subir, con un ligero dolor de garganta que me hizo anular un café a las 5, recordé mi preocupación y enfilé la carretera general. Unos 9 kilómetros, o quizá menos, hasta llegar a La Laguna. Bueno, si hubiera llegado, pues a la altura del Museo de la Ciencia y el Cosmos la moto murió, hizo plof  y se paró, la pobre. Ahí empezó el periplo de llamada a  Pablo primero, a la grúa después, -disculpe señor, su moto no está asegurada en nuestra compañía-, venga a pensar a qué compañía había pasado el seguro. Nada, imposible, memoria de pez. Busco números en la agenda del móvil, desaparecidos (demostración de la Ley de Murphy), y entonces empieza el goteo encadenado de números: Maite, Loli y por último Babi (mi salvación y con muy buena memoria). Consigo el nombre de la compañía y el teléfono de la asistencia en carretera. Llamo, doy los datos y espero. 40 minutos bajo el sol. No leo porque estoy pendiente de la carretera más que del libro. Llega la furgoneta-grúa con un amabilísimo cubano al volante. Subimos la moto, le doy mi dirección, -¡Ah!, ¡yo trabajé de camarero en el restaurante al lado de su casa!-. Canarias siempre tan pequeña. Llegamos a casa, vecina del restaurante, casualmente, en la puerta. Saludos, besos y abrazos, -es que Tenerife es un pañuelo-.
Guardo la moto en el garaje, me despido del amable cubano y de mi vecina restauradora (ex, pues el restaurante cerró), y entro en casa vestido aún de motero, empapado de sudor después de casi dos horas de odisea. Ahora mi moto descansa abajo y yo me voy a hacer la cena.
Moto: Suzuki Van Van 125cc
Edad: 6 años (2º mano)
Kilómetros: 60.000 (10.000km/año)
Amortizada completamente
(La mejor moto pequeña del mundo)

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. La moto a mi entender aun le queda mucha carretera por recorrer... sólo hay que identificar el problema y sustituirlo. Existe un mercado muy extenso de piezas de recambio, motores nuevos y demás herramientas que pueden hacer que la moto vuelva arrancar.

    No te desanimes

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