sábado, 10 de agosto de 2013

HENRY VAN DE VELDE


¿Quién era Henry Van de Velde?
Quien haya viajado por Centroeuropa este año y haya estado atento a la programación cultural se habrá sorprendido del gran número de exposiciones y eventos que se están organizando en torno al 150 aniversario de Henry van de Velde.
Pero ¿Quién era Henry van de Velde? Incluso para los que nos gusta la arquitectura y el diseño nos puede resultar difícil identificar a este personaje hasta ahora un tanto olvidado. Aunque sólo hay que empezar a tirar de la cuerda para descubrir su importancia y sobre todo su gran influencia en la Cultura con mayúsculas del S.XX.
En realidad muchos, casi sin saberlo, ya lo conocíamos. Es el arquitecto de ese magnífico edificio en medio de Parque Nacional holandés de Hoge Veluwe que alberga la colección Kröller-Müller donde se encuentra la mayor colección de cuadros de Van Gogh fuera de su museo monográfico en Amsterdam, además de cientos de obras de otros artistas de primerísima calidad.
También fue responsable de esa no menos espectacular Biblioteca Municipal de Gante, cuya torre se puede ver desde casi cualquier punto de la ciudad. Aunque quizás su conjunto de edificios más prominentes sean los que realizó en Weimar entre 1904 y 1911 (declarados Patrimonio de la Humanidad) para la que se convertiría en primera sede de la mítica Bauhaus, una institución que él sin duda ayuda a crear, recomendando a Walter Gropius como su sucesor. Es en Weimar precisamente donde se ha montado la gran exposición dedicada a Van de Velde que se merecía desde hacía años y donde se puede entender su verdadera trascendencia.
Allí se descubre que este multifacético belga nacido en Amberes en 1863 fue una figura clave en su época.  Por un lado superó las directrices del estilo modernista despojando casi por completo de decoración sus edificios y por otro, ayudó a sentar las bases del movimiento moderno, tanto en diseño, arquitectura, como en moda. Porque lo interesante de este fascinante personaje es su dominio de todas las artes.  En la muestra se ve como muchas adineradas familias de principio del S.XX se pusieron en sus manos, dándole carta blanca absoluta. Van de Velde no sólo se ocupaba de  diseñarles la casa, pero también los muebles, la totalidad de los objetos, la decoración de las paredes e incluso los trajes y las joyas que podía lucir la señora de la casa.
En el mismo Weimar se puede ver además de los edificios de la Bauhaus,  su propia casa , conocida como  Hohe Pappeln Haus y la Villa Sliberblick que alberga los Archivos de  Nietzsche, dondese ocuparía hasta del más mínimo detalle decorativo.
Esa obsesión por controlarlo todo y exigir una calidad máxima de carácter artesanal sería sin embargo  lo que terminaría apartandolo de muchos grandes proyectos y del olimpo de la modernidad.
Pero quizás lo más interesante que nos ofrece Henry Van de Velde es la oportunidad emprender un viaje a través de Europa siguiendo su huella. Se puede comenzar explorando Turingia y el sur de Alemania donde se pueden descubrir algunas de sus obras más carismáticas.  Destacan en especial  sus proyectos en  Jena  donde diseñó en 1911 ( en colaboración con Max Klinger ) el monumento dedicado a Ernst Abbe, cofundador de la  mítica Zeiss donde se revolucionó la fabricación de lentes y en Gera  donde se puede admirar la preciosa Casa Schulenburg de 1913 que fue restaurada en 1997. Por otro lado, en los museos de ambas ciudades se pone en valor otras facetas del personaje, como, pintor, ceramista o fotografo, a través de varias exposiciones.
Después hay que ir a Chemnitz, la antigua Karl Marx Stadt, donde están abiertas al público tanto la Villa Koerner como la Villa Esche, una de sus obras maestras, convertida en su museo monográfico. La siguiente etapa hay que realizarla en Bélgica y más en concreto en Bruselas y su entorno. Allí además se podrá ver desde el 13 de septiembre al 12 de enero del 2014, en  el Museo del Cincuentenario,  la exposición que está ahora en Weimar .
Hay varios proyectos de Van de Velde  en el municipio de Uccle o Ukkel. Por un lado  su primera casa importante la Bloemenwerf o la Casa Blanca de 1895  en el 80 de la calle Vanderaey, todavía  anclada  de alguna forma en  estilo Art Nouveau y por otro la Maison Gregoire  ded 1933, ya mucho más racionalista que hoy alberga una fundación cultural. También en el entorno de la capital belga habría que echarle un vistazo a la Maison Otlet  de Octave Van Rysselberghe donde se ocupó de la decoración o de la Escuela de Bellas Artes conocida como l'Ecole de la Cambre que él mismo fundaría, siguiendo principios muy cercanos a los de la Bauhaus.
Hace unas semanas descubrí una de sus casas en  el 30 de Wagenaarweg, Scheveningen, la playa de La Haya. 'De Zeemeeuw'  de 1903 sigue en manos privadas pero nadie impide verla desde fuera. No me atreví a llamar al timbre pero a lo mejor me la habrían enseñado. Ya tengo apuntado que cuando vaya a Riga o a Hagen, tengo que buscar sus casas y cuando vuelva al Museo de Orsay de Paris tampoco tengo que perderme un precioso  despacho que guardan en su sección de artes decorativas. Todavía me queda mucho por conocer de este hombre que murió en Suiza en 1957 después de diseñar proyectos tan sorprendentes como los Pabellones de Bélgica en las exposiciones universales de Paris de 1937 y de Nueva York de 1939 además del interior de los grandes trasatlánticos belgas de su época o el mobiliario de  los trenes de SNCB(ferrocarriles belgas).
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