sábado, 13 de julio de 2013

UN LIBRO, UNA PELÍCULA

Ya he comentado muchas veces que el cine y la literatura ni son lo mismo ni se espera que lo sean. La dichosa pregunta ¿te gustó más que el libro? no tiene nunca fácil contestación. 
Esta pequeña introducción viene a colación de la película que vimos anoche, "El Hipnotista", basada en la novela del mismo título que leí hace un año o quizá un poco más. Es curioso cómo un libro puede transportarte a un lugar, a unos hechos, pero que es tu cabeza la que lo convierte en imágenes lo leído, pone voces a los personajes, imagina espacios, etc.; el cine directamente te ahorra este paso.
La película es lenta, oscura; los personajes atormentados, tristes; Estocolmo hinóspita. Creo que, de los cuatro que fuimos, únicamente la terminé despierto yo. No voy a decir que es una película para tirar cohetes, pero me gustó. Creo que el director buscó un determinado ambiente de desasosiego y lo logró. 
Dama mi proverbial memoria de pez, del libro poco les puedo hablar porque me acuerdo muy poco. Yo diría que me entretuvo, sí. Me gustó también.


EL LIBRO
Estocolmo. Una familia es asesinada. El único superviviente de la masacre es Josef, el hijo de la familia que tiene sólo 15 años. También sobrevive Evelyn, su hermana mayor, que se ha salvado porque vive en una casa en el campo. Erik Maria Bark es médico e hipnotizador. La noche del asesinato el comisario Joona Linna, encargado de la investigación, le llama para que someta a Josef a una sesión de hipnotismo en el hospital de Estocolmo, donde está ingresado. Unos días más tarde el hijo de Erik Maria Bark, Benjamin, es secuestrado de su propia cama. Erik emprenderá la búsqueda de su hijo junto a Linna, Simone, su mujer y su suegro Kennet Sträng.

LA PELÍCULA

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