viernes, 10 de mayo de 2013

HAY UN MONDRIAN EN MI PASTEL

Mondrian Cake / TEN SPEED PRESS, MONDRIAN/HOLTZMAN TRUST


Modern art desserts
Por: Mikel López Iturriaga. 09 de mayo de 2013

La iluminación de Caitlin Freeman se produjo en el año 2000, mientras veía una retrospectiva de su artista favorito del momento, Wayne Thiebaud, en el San Francisco Museum of Modern Art. Ella estaba estudiando fotografía, y las pinturas de él retrataban con cierta obsesión tartas y dulces. Mirándolas supo lo que iba a hacer con su vida: crear arte con pasteles. Para llevar a cabo su plan maestro, sólo le faltaba un pequeño detalle. Saber hacer pasteles.
Trece años y unas cuantas clases de repostería después, Freeman ha publicado uno de los recetarios más interesantes del año. Se llama Modern Art Desserts, y en él revela 27 de las cerca de 100 creaciones que ha llevado a cabo en ese mismo museo. ¿Cómo acabó trabajando allí? En 2009, el centro llamó a su marido, fundador de la cadena de cafés Blue Bottle, para que se hiciera cargo de la cafetería. Ella tomó las riendas de la parte dulce del negocio, y empezó a hacer pasteles que se inspiraban en obras de arte expuestas en ese momento en el SF MoMA. Visto el éxito que cosechaba una de ellas, el bizcocho Mondrian, tanto en el museo como en la Red, una editorial le ofreció recoger sus mejores postres en un libro. Y así nació Modern Art Desserts.
Allí podemos encontrar desde un chocolate blanco caliente inspirado en el Michael Jackson y Bubbles de Jeff Koons hasta un polo de fudge que revive una escultura Ellsworth Kelly, pasando por una tarta Roy Lichtenstein, unas galletitas Frida Kahlo, unos parfaits de Richard Avedon o Henri Matisse o un gelée de Andy Warhol. Cada receta incluye también una foto de la obra original y una detallada explicación de la misma de la plumilla de Janet Bishop, comisaria de pintura y escultura del museo. "A veces mis intrepretaciones parecen literales", ha explicado Freeman a la web ArtNews. "Pero por supuesto nunca podría conseguir que una galleta de Jackson Pollock fuera tan bonita como un Jackson Pollock. Y no lo pretendo".

Lichtenstein Cake / TEN SPEED PRESS, CLAY MCLACHLAN


El libro cuenta también algunos chascarrillos sobre el quehacer de Freeman en el museo. Por ejemplo, narra el estupor de los empleados del centro cuando expuso su intención de rendir homenaje al provocador Man in polyester suit de Robert Mapplethorpe. Al final, el plátano recubierto de chocolate que evoca al pene que se ve en la fotografía se sirvió empaquetado en una caja blanca en la que se leía: "Este postre puede no ser apropiado para todos los espectadores". Malas noticias para los aficionados a los falos comestibles: la fórmula no está incluida en el recetario.
Por lo demás, los pasteles de Modern art desserts no parecen aptos para cualquier manazas, pero tampoco imposibles de hacer (aunque algunos, como el Mondrian, obligan a un proceso de dos días desde que se hacen las masas hasta su montaje final). Además de instrucciones concretas para llevar a cabo las recetas, el libro está lleno de información práctica para cualquiera que se quiera iniciar en el tan maravilloso como laborioso mundo de la pastelería. Podemos aprender desde el complicado arte de atemperar el chocolate hasta como trabajar el buttercream o usar algunos artilugios de la cocina moderna como los transfers, esa especie de hojas con dibujos comestibles que se pegan en contacto con el chocolate o algunas cremas y mousses. Vamos, que parece un buen libro para liberar a la maleni que llevas dentro, siempre que sea una maleni un poco cultureta.

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