sábado, 13 de abril de 2013

UNA PEQUEÑA JOYA DESCUBIERTA

Mi gusto por las series es inversamente proporcional al que tengo por la televisión en general. Bendito Internet que nos permite bajar las series, sin anuncios, para disfrutarlas en cualquier momento sin los desagradable cortes tipo "volvemos en tantos minutos". Nos invaden series inglesas y americanas, magistralmente rodadas, con un gran presupuesto y donde el guión, si no está a la altura, se puede ver compensado con el despliegue visual; veamos por ejemplo "The walking dead", "Falling skies", que pueden llegar a ser tremendamente bodrios por momento pero que las imágenes enganchan. Nada que ver con las espectaculares "Games of Thrones" o "Downton Abbey", donde la estética está a la altura de la historia. También tenemos series como "The Big Bang Theory" o "Aquí no hay quien viva"/ "La que se avecina", donde inevitablemente el guión es muy bueno.
Pues hablando de series españolas, mi hermana me pide que le baje una de hace algunos años, completamente desconocida para mi, llamada "Abuela de verano", basada en la novela de Rosa Regás "Diario de una abuela de verano" y protagonizada, entre otros, por la siempre estupenda Rosa María Sardá. Una serie fresca, con un guión ágil, inteligente y con mucho humor, donde cada personaje juega un papel importante, teniendo todos un nexo de unión: la abuela (y la masía del precioso Ampurdán catalán). Una serie muy entretenida y agradable. Una serie como la vida misma.

...Volvemos por el camino del bosque vagamente iluminado por el resplandor de una tajada de luna... El cielo entre las copas de los pinos y las encinas está cuajado de estrellas, el aire huele a espliego, romero y tomillo y no puedo dejar de pensar que ese aroma lo sienten también los niños cuando van por el campo... Y mientras seguimos caminando en silencio me emociono al pensar que mi regalo de cada verano durará más que yo misma y que en la profundidad de su memoria siempre habrá un rincón en el que el encanto de estas vacaciones repetidas año tras año formará un territorio inmarcesible de amor y complicidad. Y en esa memoria yo estaré con ellos aunque entonces no me sea dado disfrutarla porque mi turno ya habrá pasado,mi turno toca ahora, en el presente, no en el futuro.
¿Qué otra cosa puedo yo dejar a mis nietos?

Editorial Planeta, 2004.

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