martes, 2 de abril de 2013

¿QUÉ APETECE?

Cuando vives en un país donde todo suena y sabe a corrupción, pero tranquilo, no pasa nada, yo me vengo a enterar ahora (aunque tenga mis manos llenas de billetes); donde los bancos prestan dinero y te meten una cláusula suelo para que ganen más de lo que ganan y, de paso, te recuerden día tras día que estás en sus manos ¡pecador!; donde los periódicos del régimen se preocupan más de la misa a la que acude la desestructurada familia real que de los suicidas ante los desahucios y donde poner una pegatina en el portal del político de turno es peor que el que se tiró del balcón ayer; donde nada se vende ni nada se compra, pero Suiza sigue ahí, feliz, repleta; donde es más fácil meter la cabeza debajo de la almohada que contestar al teléfono porque de lo que no se habla no existe; donde la capacidad de asombro ante los actos de nuestros cercanos no desaparece; donde trabajar ya no es suficiente (demos gracias los que lo tenemos); donde el matrimonio gay preocupa a solteros y enteros, porque dicen que es contagioso, seas homosexual o no, más que el hambre y la guerra; donde el medio ambiente no importa porque ¡que se jodan los que vengan detrás!; donde no importa la caza de ballenas, ni la crueldad con los animales, ni los secaderos de aletas de tiburones,  ni...
¿Qué apetece?
Quedarse en casa con tus perros, escuchar buena música, leer un libro y que le den al mundo.
Ay, si fuera tan sencillo...

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