A QUIEN MADRUGA

Aunque inexorablemente se termina el fin de semana, aún nos queda por delante el domingo, por lo tanto también podemos ver el vaso medio lleno. Poco antes de las nueve ya estaba listo para salir a comprar un par de cosas en la gasolinera y, de camino, desayunar. Chaqueta motera con lo primero que encontré bajo ella, tenis sin calcetines (un placer para días soleados como éste), vaqueros y a la calle. Compro bolsas de basura, que me van a hacer falta hoy, EL PAÍS con el suplemento, hoy con un extra de moda masculina (toda muy bonita, muy cara y dedicada a hombres que deben vivir en el gimnasio y dormir en casa -lo digo con envidia-), y me tomo un café, leyendo sin prisa, en el bar de la gasolinera. El Teide está nevado, luce el sol, se asoma alguna nube y hace fresco. Hoy tendremos una bonita mañana, perfecta para decicarme al jardín que es lo que pretendo y de ahí mi interés por las boslas de basura. La última tormenta, aquella que me trajo embarcado desde Gran Canaria, la misma que me hizo vomitar y sufrir durante la travesía, la misma que después de una semana me ha dejado secuelas en forma de náuseas, dejó mi jardín digamos que menos bonito que de costumbre; mi árbol está calvo completamente y sus hojas esparcidas por todos lados, el césped lleno de tréboles y malas yerbas y ramas dobladas y... No voy a engañarme, muy bonito no está el pobre. Así que hoy, sombrero panamá encajado, me he propuesto darle un lavado de cara y hasta regarlo un poco, para que así se ponga contento.

Hoy es el cumpleaños de mi hermana Master, ¡Felicidades! No sé si habrá comida familiar, estaré pendiente.

Me espera, por último, disfrutar de las últimas páginas de "Prisioneros en el paraíso", de Paasilinna, y darle un empujón a "El origen del mal", de Grange, en el que ando metido más de lleno estos días. 

¿Me tomaré después un café con mi amigo Fermando para ponernos al día?

Y así, a lo tonto a lo tonto, se irá el domingo, se vaciará el vaso y el lunes estará ya a la vuelta de la esquina. C'est la vie!