miércoles, 20 de febrero de 2013

SERVICIO A BORDO Y OLÉ

Me temo que vuelvo a ser políticamente incorrecto, esta vez a colación de la huelga de IBERIA. Si apoyé en aquella ocasión a los controladores aéreos, y los sigo defendiendo (¿hay alguien que hoy dude de lo que han hecho los políticos y sus nuevas leyes laborales hundiendo a tantos y tantos sectores de la sociedad, llámense funcionarios, por ejemplo?), o soy crítico con los palestinos en su afán de convertir a Israel en los malos malísimos del cuento y quedar ellos como los santos varones (quien me haya leído sabrá de mi interés por el tema y mi convencimiento de la necesidad de que finalmente coexistan dos estados en paz), también lo hago en este caso respecto a los trabajadores de IBERIA. Lo que está haciendo British Airways con la empresa, ante la pasividad flagrante del Gobierno español, es terrible. Siempre pagan los trabajadores, siempre la clase media. No importa la ingente cantidad de dinero despilfarrado por tecnócratas y ejecutivos ineptos año tras años, o la "venta" de la compañía a los ingleses bajo alianzas y cosas por el estilo. No nos engañemos, el déficit de la compañía no se debe a su cantidad de empleados o a lo que cobren los pilotos, no. Se debe a su desastrosa gestión a lo largo de los últimos años y las cabezas de los gestores nunca, NUNCA, ruedan. No, son las de los trabajadores, como siempre. Y mienstras Soria, nuestro flamante canario ministro o ministro canario, que no es lo mismo pero es igual, no se planta en Londres a intermediar, no; únicamente se dedica a pedir responsabilidad a las partes por el bien de España. Es repulsivo este fulano.
Ahora, y como al César lo que es del César, ¿cuándo algún capo de la compañía verá la luz y cambará algunas cosas?, que volar con IBERIA es caro carísimo lo sabemos todos, y más los que vivimos aislados como los canarios, que coger un avión forma parte ineludible de cualquier viaje allende los mares. Utilizando el sentido común, repito, el sentido común, pues uno es sólo un usuario y no entiende de compañías ni de marketing ni de funcionamientos macroeconómicos (pero ¿y ellos saben, viendo lo visto?), ¿no sería más rentable facilitar el cambio de vuelos para dejar plazas libres en los siguientes? ¿no es mejor poner precios asequibles en el "servicio a bordo", como eufemísticamente llaman a la venta de todo lo vendible, sea comestible o no, de manera que los pasajeros -ahora denominados "clientes" por ellos mismos durante las arengas megafónicas- gasten su dinero sin quedarse en la ruina? Como muestra comentemos que un sencillo sandwich mixto cuesta la módica suma de 7€ de nada.
En mi último viaje a Nueva York, ya de vuelta, llegamos a Madrid sobre las 9 de la mañana y debíamos esperar el vuelo a Gran Canaria que salía después de las 4 de la tarde, una paliza. Ingenuos, nos acercamos a un mostrador de IBERIA para preguntar por la posibiliudad de adelantar el vuelo a canarias. La señora que nos atendió, más seria que un guardia, después de aporrear el teclado dijo: sí, es posible el cambio, aunque hay que pagar 250€ cada uno. O sea, que cambiar el vuelo salía más caro que el billete en sí. Evidentemente la respuesta fue un obvio no, gracias. Volviendo a lo comentado, ¿si nos meten en el vuelo de las 12, por ejemplo, ¿no es mejor esta solución al dejar dos plazas libres en el vuelo de las 16h que pueden ocuparse por dos nuevos pasajeros? Pues parece que no es así, yo debo ser muy torpe o el sentido común no es buen compañero de viaje en las macroempresas. C'est la vie!
Por cierto, preparando el viaje a Nueva York, entramos en una web de vuelos de las que presentan las opciones ordenadas por precio, escalas o duración de los vuelos; los de IBERIA suelen ser, normalmente, los más caros, de manera que salir de España sale mucho más rentable volar con una compañía extranjera que con la propia de nuestro país.
Aún así, les deseo a los trabajadores de IBERIA que la cosa se arregle lo antes posible.

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