Queda una semana para que empiecen mis vacaciones de Carnavales, tiempo en que pretendo desconectar, cerrar el kiosco, y dedicarme a leer y a descansar. Otra pequeña y necesaria catarsis. Fui muy carnavalero, como todo chicharero que se precie, pero hace años que prefiero estos días para descansar. Durante algún tiempo escogía tres o cuatro libros y me iba una semana a Fuerteventura a, literalmente, aislarme del mundo; ahora de aquello nada, pero no voy a quejarme. Por lo pronto hoy es sábado, luce el sol sin una nube en el cielo, mis perritas han comido ya y yo, después de haber terminado de leer la primera de las novelas de la trilogía Apocalipsis Z, hace sólo unos minutos, me dispongo a grabar unas películas para mi ahijada que está estudiando en Alemania, bajo la nieve, a arme una buena, caliente y relajante ducha, a la par que quitarme de la cara un pringue a modo de mascarilla de aguacate y avena, que encontré esta mañana por curiosidad. Permítanme este toque de vanidad y que me cuida esta piel que tanta lata me da (los pelirrojos estamos en el segundo puesto en la escala de problemas de piel, después de los albinos). Después empezaré a leer la segunda novela de la trilogía de la que les hablé. Para mis vacaciones tengo reservada "La escandalosa señorita Pilgrim", las memorias de Frederica Fragor, de la que adjunto una reseña. Para la tarde tengo previsto sentarme a leer con calma el Time Out de Nueva York, a ver qué se cuece allende los mares.
Las memorias de una guionista de Hollywood de los años 20, una mujer rompedora y pionera en un mundo dominado por hombres.
El apasionante relato de una mujer que lo vio todo, una profesional incansable que plantó cara a los peces gordos de la industria cinematográfica y vivió lo suficiente para ser testigo de los mayores escándalos del temprano Hollywood y, pasados los años, contarlo todo sin tapujos, en una crónica picante que se lee como una dulce venganza.
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Un poco de música para alegrar la mañana: Danzas Húngaras (5-6) de Brahms. Sí, un poco de música antes de abrir el periódico y empezar a ponerme de mal humor al leer... Pues yo me vengo a enterar ahora y bla bla bla...
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