miércoles, 9 de enero de 2013

LA SOPORTABLE LEVEDAD DEL SER

Si Kundera nos hablaba de la insoportable levedad del ser, yo hablaría ahora de la muy soportable, afortunadamente. Escuchando un rato la radio esta tarde, mientras iba a ponerle gasolina al coche -vaya una ruina-, comentaba un experto los resultados de un experimento que medía, de alguna manera, la capacidad para ser feliz del ser humano. Consistía dicho experimento, básicamente, en mostrar a un grupo de personas escogidas, un conjunto de fotografías divididas en tres, agradables, neutras y desagradables. Medían la reacción cerebal al contemplarlas, resultando que con las desagradables y las neutras la reacción era similar y con las agradables pasaba una cosa muy curiosa, pues algunas personas reaccionaban y otras de ninguna manera, como si se tratara de fotografías neutras. Explicaban después que este último grupo coincidían con aquel, según pruebas anteriores, que respondía a una cierta incapacidad para ser feliz, amargadas, pesimistas, etc. Por el contrario, el otro grupo que había reaccionado se encuadraba en aquellos que veían el vaso medio lleno, los optimistas.
¿Y por qué lo de la soportable levedad del ser? Sencillo, qué bueno es poder disfrutar con la cosa más simple y sencilla del mundo, sin complicaciones, sin caminos tortuosos. Algo tan simple como dormir media hora de siesta con un perro ¿dos en mi caso? junto a ti, escuchando sus suaves ronquidos, se puede convertir en un momento de gran felicidad. ¿no están de acuerdo?

3 comentarios:

  1. Me parece de servicios profesionales está muy bien pensada, para ahorrar los sobrecostes que pagamos los ciudadanos en las viviendas. Hasta ahora los arquitectos han sido intermediarios en la edificación subcontratando los cálculos a ingenieros de caminos y/o industriales llevándose los arquitectos el dinero y la gloria. Está claro que un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos capaz de diseñar centros comerciales, piscinas olímpicas o puentes singulares con todo el arte y consideraciones que implican, bien pueden hacer viviendas. Total, para las viviendas que se hacen hoy día que son como cubos. Hay que dar a conocer además que, por ejemplo, en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, se imparte construcción y estructuras a un nivel mucho más sólido que en Arquitectura, en la cual solo se estudia como hacer maquetas, desfilar como estrella de rock y a como tragarte valoraciones artísticas subjetivas de profesores de arquitectura frustrados que no valen para ejercer como tales. A los arquitectos se les putea mucho con proyectos, pero desgraciadamente eso no sirve para nada, solo se quedan en la superficie de la arquitectura, en realidad poco sabeís de materiales, casi nada de estructuras y nada de instalaciones. Arquitectura es un fraude que se ha mantenido ahora gracias al parapeto de la LOE y a la publicidad que se ha dado el colegio. Clamaba al cielo que derogasen esa ley y que sean ahora los ciudadanos los que elijan al profesional que consideren oportuno. Si los arquitectos fueraís tan buenos como decís no deberíais tener miedo a la competencia de los ingenieros no? si teneis miedo por algo será. X cierto que los arquitectos bien que os habeís metido siempre en las profesiones de otros (ej, puentes) ahora os toca sufrir vuestra medicina. Concluyo diciendo que los ingenieros, en general, salimos perjudicados, porque un ingeniero de caminos e indutrial vien pueden proyectar una vivienda, pero un ingeniero de montes dificilmente va a poder proyectar un barco. Es lo que pasa cuando se habla de carreras de alta especialización. Saldrán ganando los ingenieros de montes y los agrónomos así como las ingenierías de nueva creación de menor base formativa.

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  2. Me temo no estar de acuerdo, pero en esto consiste el mundo hoy. Yo no he hecho puentes y sí viviendas y, por supuesto, ni desfilo ni pido gloria. La fama me da exactamente igual, sòlo pido un trato justo y acorde con la responsabilidad que asumo. La gloria y los cubos son subjetivos.

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  3. Me temo no estar de acuerdo, pero en esto consiste el mundo hoy. Yo no he hecho puentes y sí viviendas y, por supuesto, ni desfilo ni pido gloria. La fama me da exactamente igual, sòlo pido un trato justo y acorde con la responsabilidad que asumo. La gloria y los cubos son subjetivos.

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