jueves, 3 de enero de 2013

ALGUNOS DATOS, DOS SUPOSICIONES, UNA PREGUNTA SIN CONTESTAR Y ALGO DE KAPUSCINSKI

Veamos qué es necesario para presentarse a un contrato con la Administración:
Se ha de cumplir con los requisitos que impone la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas para el contrato que sea. Seguros, epígrafes determinados, experiencia, método y materiales a disposición, ahorro en la oferta económica, ganar un concurso público, etc. Al presentar la oferta, ésta normalmente viene con una serie de mejoras que decidirán, junto con el resto de lo aportado, si es una empresa, u otra, la que gana el concurso y por ende el contrato. Si no se cumplen los requisitos durante la obra, o se ha mentido en lo ofertado, la empresa licitadora queda automáticamente excluida y se rescinde el contrato firmado.
Veamos ahora qué es necesario para llegar a ser Presidente del Gobierno.
Nada. Bueno, sí, ganar unas elecciones. Vayamos a ello pues. El partido X presenta un programa electoral y ofrece una lista de cosas para hacer. El electorado vota a este partido X porque lo que ofrece en su programa mejora el del resto de partidos. O sea, gana el "concurso". ¿Qué ocurre durante el mandato de este Presidente si lo que hace no se ajusta al programa electoral ofertado?
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Leamos ahora un pequeño fragmento del libro de Kapuuscinski "El Sha o la desmesura del poder", escrito en 1987:
El déspota está convencido de que el hombre es un ser abyecto. Gente abyecta llena su corte, lo rodea por todas partes. La sociedad aterrorizada se comporta durante mucho tiempo como chusma sumisa e incapaz de pensar. Basta alimentarla para que obedezca. Hay que proporcionarle distracción y será feliz. El arsenal de trucos políticos es muy pobre; no ha cambiado en miles de años. Por eso en la política hay tantos aficionados, tantos convencidos de saber gobernar; basta con que se les entregue el poder. Pero ocurren también cosas sorprendentes. He aquí que una multitud bien alimentada y entretenida deja de obedecer. Empieza a reclamar algo más que diversión. Quiere libertad, exige justicia. El déspota queda atónito. La realidad lo obliga a ver al hombre en toda su dimensión, en todo su esplendor. Pero este hombre constituye una amenaza para la dictadura, es su enemigo. Por eso la dictadura reune fuerzas con el fin de destruirlo.
R. Kapuscinski, 1987.
El Sha o la desmesura del poder

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