Olvidaba comentar ayer, en mis notas sobre la modernidad, o no, de la sociedad hoy, la gran diferencia que existe entre un país laico y un país confesional o regido por la religión -y no es necesario irse a Oriente Medio para hablar de esto, se los aseuro. Aquí en Europa, en España, sin ir más lejos, la Iglesia constantemente pone en tela de juicio decisiones tomadas por el Parlamento, y NO PASA NADA; más aún , por esos concordatos con el Vaticano las arcas estatales les siguen dando cantidades ingentes de dinero-.
La tolerancia, he ahí el quid de la cuestión.
Un país laico tolera a todos, los religiosos, los ateos, los rojos, los verdes...
Un país religioso es intolerante con las diferencias, o eres como ellos dictan o estás fuera de juego.
Esto, hoy, no se puede tolerar. Si estás en contra del divorcio, del aborto, del matrimonio gay y de tantas y tantas cosas, no te divorcios, no abortes, no te casas, pero déjame en paz a mi.
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