martes, 2 de octubre de 2012

ERIC HOBSBAWN, RIP

Muere Eric Hobsbawm, pensador marxista clave del siglo XX
El historiador británico fallece a los 95 años en Londres tras una larga enfermedad. Fue autor de 'Historia del siglo XX. 1914-1991' y 'Guerra y paz en el siglo XXI'.
Walter Oppenheimer Londres 1 OCT 2012 - 21:57 CET

El historiador marxista Eric Hobsbawm, quizás el intelectual británico más admirado y respetado en el mundo desde hace varias generaciones, falleció en la madrugada del lunes en el Royal Free Hospital de Hampstead, apenas a unos cientos de metros de su casa. Tenía 95 años. A pesar de que nunca renegó de su ideología comunista, su intelecto, su capacidad para analizar hasta el más mínimo detalle y al mismo tiempo su facilidad para sintetizar la historia le granjearon la admiración lo mismo desde la izquierda que desde la derecha política, especialmente en los últimos años de su vida.
Autor de una veintena de libros, se especializó en la historia de los siglos XIX y XX. La tetralogía La era de… está comúnmente considerada como su obra cumbre. Una serie que arrancó en 1962 con la publicación de La era de la revolución: Europa 1789- 1848 y que continuó en 1975 con La era del capitalismo: 1848-1875, en 1987 con La era del Imperio: 1875-1914 y cerró en 1994 con Historia del siglo XX.Aunque nacido en 1917 en Alejandría (Egipto), en el seno de una familia judía de origen polaco, era británico de segunda generación: su padre era británico y su madre austriaca, y la familia se mudó a Viena cuando él tenía dos años. La suya fue, en sus años de juventud, una vida marcada por la inmigración, como la de tantos judíos de Europa central en la primera mitad del siglo XX.
“Cada historiador tiene su nido, desde el que observa el mundo”, escribió. “El mío está construido, entre otros materiales, de una niñez en la Viena de los años veinte, los años del ascenso de Hitler en Berlín, que definieron mis ideas políticas y mi interés por la historia, y de Inglaterra, especialmente del Cambridge de los años treinta, que confirmaron los materiales de los dos primeros”.
"En el XIX, Marx ya vaticinó la globalización", por JOSÉ ANDRÉS ROJOConsulta toda la información sobre el historiadorEl joven Eric vivía en Viena cuando su padre murió de forma repentina en 1929 de un infarto y su madre dos años después debido a la tuberculosis. Él y su hermana Nancy se mudaron a Berlín, donde vivía su tío Sidney. De allí, la familia se fue a Londres en 1933 cuando la empresa de Sidney le trasladó a Inglaterra.
Empezaron entonces esos años de Cambridge, en los que coincidió con historiadores como Christopher Hill, Rodney Hilton, John Saville, con los que les unía su militancia en el Partido Comunista, al que Hobsbawm se había afiliado cuando tenía solo 14 años. Fue, sin embargo, una militancia en la que compaginó la fidelidad —nunca abandonó el partido: fue el partido el que le abandonó a él al disolverse en 1991— con el espíritu crítico, lo que le granjeó el respeto de quienes admiraban su trabajo pero discrepaban de su ideología.
De alguna manera, el ideal que para él significaba el marxismo no le impedía ver la realidad de lo que el comunismo era en la práctica. Por eso mantuvo siempre la honestidad intelectual de la crítica, sobre todo en momentos tan significativos como la invasión de Hungría por los soviéticos. A diferencia de muchos, aquel episodio no le hizo abandonar el comunismo. Pero, también a diferencia de muchos, nunca se quedó con la boca tapada. Al final admitió el fracaso del comunismo, pero se mantuvo fiel al ideal marxista.
Su ideología de socialismo radical se había formado en su más tierna juventud, al vivir siendo aún casi un niño el ascenso de Hitler al poder, y se había consolidado en sus años en Cambridge.
Al estallar la II Guerra Mundial, Hobsbawm se ofreció a trabajar para la inteligencia británica, pero la oferta fue declinada precisamente por su militancia política. Acabó ayudando a la construcción de las defensas costeras en East Anglia. Una experiencia de trabajo puramente físico que permitió al sólido intelectual entrar en contacto real con la clase obrera. “Esa experiencia en tiempos de guerra me convirtió para siempre a la clase obrera británica. No eran muy inteligentes, excepto los escoceses y los galeses, pero eran muy, muy buena gente”, escribió años después.
Quizás esa fidelidad frustró sus aspiraciones de entonces de poder enseñar en Cambridge y acabó dando lecciones en el Birkbeck College de Londres en 1947. Una relación que duraría toda la vida y que le llevaría a convertirse en presidente de esa universidad.
En los años ochenta, Eric Hobsbawm se convirtió en una especie de gurú del Partido Laborista y en especial del que fue su líder desde 1983, Neil Kinnock, quien le describiría como su “marxista favorito”. Le agradecía la influencia que Hobsbawm acabó teniendo en la reforma del partido y su acercamiento a territorios que luego desembocarían en el Nuevo Laborismo.
Aunque cuando cumplió 80 años el primer ministro Tony Blair le concedió al historiador una de las distinciones más singulares, el título de Companion of Honour, una orden a la que no pueden pertenecer más de 65 miembros de países de la Commonwealth, Hobsbawm fue crítico con las políticas de Blair y en especial con la invasión de Irak.
En los últimos años mantuvo su influencia. Nunca ha dejado de trabajar (deja escrito un último libro que aparecerá el año que viene) y de participar en tertulias intelectuales y mediáticas. “Se le va a echar mucho de menos. No solo por su mujer durante 50 años, Marlene, y sus tres hijos, siete nietos y un biznieto, sino por miles de lectores y de estudiantes en todo el mundo”, declaró la familia.

Bibliografía selecta
La era de la revolución (1962) introduce su tesis de las revoluciones gemelas (la francesa y la industrial).
La era del capitalismo (1975) se centra en el ascenso de este modelo económico entre 1848 y 1875.
La invención de la tradición (1983) desenmascara la práctica del nacionalismo de hacer pasar por antiguas tradiciones recientes.
La era del Imperio (1987) analiza el periodo de 1875 a 1914 en Reino Unido y el efecto de las economías alemana y estadounidense.
Historia del siglo XX (1994) aborda el periodo entre 1914 y 1991, lo que él llamó “el corto siglo XX”.
Prólogo de "Cómo cambiar el mundo".

  El presente libro, recopilación de muchas de mis obras relativas a este campo entre 1956 y 2009, es básicamente un estudio del desarrollo e impacto póstumo del pensamiento de Karl Marx (y el inseparable Frederick Engels). No es una historia del marxismo en el sentido tradicional, aunque su núcleo incluye seis capítulos que escribí para un multivolumen muy ambicioso, Storia del Marxismo, publicado en italiano por la editorial Einaudi (1978-1982), del que fui coplanificador y coeditor. Dichos capítulos, revisados, a veces exhaustivamente reescritos y complementados con un capítulo sobre el período de la recesión marxista a partir de 1983, constituyen más de la mitad del contenido de este libro. Además, contiene otros estudios de lo que la jerga erudita denomina «la recepción» de Marx y el marxismo; un ensayo sobre el marxismo y los movimientos obreros desde la década de 1890, cuya versión inicial fue originalmente una conferencia en alemán para el International Conference of Labour Historians celebrado en Linz; y tres introducciones a obras concretas: La situación de la clase obrera en Inglaterra de Engels, el Manifiesto comunista y las opiniones de Marx sobre las formaciones sociales precapitalistas en el importante conjunto de manuscritos de 1850 conocidos en su forma publicada como Grundrisse. El único marxista posterior a Marx y Engels debatido específicamente en este libro es Antonio Gramsci.
  Unas dos terceras partes de estos textos no se han publicado en inglés o permanecen inéditos. El capítulo 1 es una contribución considerablemente ampliada y reescrita a una charla pública sobre Marx celebrada bajo los auspicios de la Semana del Libro Judío en 2007. Lo mismo sucede con el capítulo 13. El capítulo 15 no ha sido publicado
con anterioridad.
  ¿Quiénes eran los lectores que yo tenía en mente cuando escribí estos estudios, ahora recopilados? En algunos casos (los capítulos 1, 4, 5, 16 y, quizá el 12), simplemente hombres y mujeres interesados en saber más acerca de este tema. Sin embargo, la mayoría de capítulos van dirigidos a lectores con un interés más específico en Marx, el marxismo y la interacción entre el contexto histórico y el desarrollo y la influencia de las ideas. Lo que he tratado de proporcionar a ambos tipos de lectores es la idea de que el debate sobre Marx y el marxismo no puede limitarse a una polémica a favor o en contra, territorio político e ideológico ocupado por las distintas y cambiantes señas de los marxistas y sus antagonistas. Durante los últimos 130 años ha sido el tema fundamental de la música intelectual del mundo moderno, y a través de su capacidad de movilizar fuerzas sociales, una presencia crucial, en determinados períodos decisiva, de la historia del siglo xx.
Espero que mi libro ayude a los lectores a reflexionar sobre la cuestión de cuál será su futuro y el de la humanidad en el siglo xxi.

Eric Hobsbawn
Londres, enero de 2011

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