miércoles, 24 de octubre de 2012

ADRESSE UNBEKANNT

Mi buena amiga Isabel, archivera y bibliotecaria -qué profesión más bonita-, me prestó un libro ayer por la mañana, sin mediar palabra, que yo acepté feliz con la intención de leerlo raudo. Dicho y hecho, entre esta mañana un ratito y esta tarde otro poco, lo he terminado. "Paradero desconocido", de Kressmann Taylor, ¡una joya!
Una novela epistolar fresca, emotiva, ágil, dramática y con un inteligentísimo toque de humor; empezar es terminarla. Esta mañana le mandaba un corto e-mail a Isabel con estas palabras: Isa, empecé la novela. Me emociona. Pero, ¿aún no la has leído? No sabes lo que te estás perdiendo.

Querido Max:
"Como verás te escribo desde el escritorio de mi banco. Debo hacerlo porque tengo que pedirte algo y quiero evitar la nueva censura, que es muy estricta. Por el momento debemos interrumpir elñ intercambio epistolar. No me es posible mantener correspondencia con un judío aunque no tuviera que defender mi puesto de fun cionario. Si fuera imprescindible mandarme unas letras, inclúyelas en el cheque y no vuelvas a escribir a casa...

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