martes, 31 de julio de 2012

APOYO Y AMENAZAS

Terremoto: el rap sale del armario
Frank Ocean rompe un tabú en el mundo del ‘hip-hop’ al evocar su historia de amor con un hombre. El artista ha recibido mensajes de apoyo y amenazas de muerte.
Daniel Verdú Madrid 31 JUL 2012 - 00:01 CET
 
Hasta hace un par de semanas, ser gay en el mundo del hip-hop—y sus aledaños de la música negra— era como en España salir del armario en el toreo. Nadie sabe, nadie dice. Y mejor no bromear con el asunto porque quizás uno se lleva un disgusto.
Pero Frank Ocean, de 24 años, que sería al género R&B lo que El Juli o Morante de la Puebla a la lidia, se ha cargado el frasco de las esencias. Si tenemos en cuenta que dos de cada 10 canciones de la historia del rap contienen algún insulto a los homosexuales, que un rapero que se precie debe pasar por castigador de mujeres y que en el rollo pandillero no está bien visto enamorarse de los colegas, Ocean lo tenía crudo. Eligió escribirlo. No en sus letras, en cuyo último disco (sí, el lanzamiento de Channel orange y el anuncio están sospechosamente cercos) podían dar alguna pista, sino en una hermosa carta publicada en la red social Tumblr donde contaba la primera vez que se enamoró de un chico, con 19 años. Aquella historia no llegó a casi nada, pero Ocean (que asegura que es bisexual) empezó una transformación personal que se ha convertido ya en la avanzada de una pequeña revolución pública. “Quería levantarme sin ese nudo en el estómago”, ha declarado.
“Pasamos ese verano y el siguiente juntos. Casi cada día. Y el tiempo que estábamos juntos corría tan rápido… La mayoría del tiempo le miraba, a él y a su sonrisa. Oía sus palabras y sus silencios… hasta que era la hora de dormir. Dormir era algo que solía compartir con él […], nunca te olvidaré. Nunca olvidaré aquel verano. Recordaré quién era cuando te conocí. Recordaré quién eres y cómo ambos cambiamos y seguimos siendo los mismos”. Este es un fragmento de la carta que escribió mientras volaba de su casa en Nueva Orleans hasta Los Ángeles, donde reside y comparte trayectoria artística con el colectivo Odd Future (conocido, entre otras cosas, por sus salvajadas sobre el escenario y sus letras homófobas). La intimidad de la misiva desemboca en la destrucción de los secretos y la nueva libertad de su autor.
Con Ocean vuela por los aires una de esas irreconciliables y aparentes contradicciones con las que a veces convive la cultura popular. La misma que pulverizó Omar Little, aquel maravilloso Robin Hood homosexual que desde la serie The Wire demostró al mundo que se podía ser temible en el barrio más chungo de Baltimore y estar enamorado de un hombre. Claro que a Ocean, nacido en Long Beach (California) hace 24 años, le ha ayudado ser amigo de Kanye West o Jay Z, los tipos más poderosos de la industria del hip-hop. O componer para Beyoncé. O que su compañero de generación Kendrick Lamar dijera eso de “me importa una mierda”. La mayoría ha salido en tromba a defenderle. Pero también ha recibido en su Twitter centenares de amenazas diarias desde su anuncio. “El mal existe, también el extremismo. Alguien podría cometer un crimen contra mí… Pero también podrían hacerlo por ser negro. Así no podría salir de casa”, ha explicado a The Guardian.
Su declaración (probablemente bien planificada, la carta es de diciembre de 2011) se ha producido en medio de una pequeña oleada de cambio de actitud en Estados Unidos. Pocos días antes, el presentador Anderson Cooper, una de las grandes estrellas de la CNN, también descubrió su inclinación sexual. Hace unos meses, el propio Jay Z, Russel Simmons (fundador de Def Jam, sello de referencia del género) y otras figuras respaldaron al presidente Barack Obama después de que este anunciase su apoyo al matrimonio homosexual. Hasta 50 Cent, el último raperoal que uno atribuiría ninguna empatía filogay, se ha puesto de su lado. “Cualquier persona que tenga un problema con Frank Ocean es un idiota”, soltó en MTV. “Es un artista de gran talento. Me importan un bledo sus preferencias personales en el dormitorio”. Para 50 Cent, si Obama está a favor del matrimonio gay, por qué no lo va a estar él. La postura del presidente de EE UU ha sido definitiva para que la América negra se deshiciera en los últimos tiempos de unos prejuicios tan del siglo XX.
Al mismo tiempo, las nuevas estrellas del R&B comparten una cierta inclinación por hablar de sentimientos, soledad y desengaño. Todo con un toque emo que hace algunos años hubiera sido propio de, simplemente, rap para nenazas. Drake, The Weeknd o el propio Kanye West, con su álbum 808 and Heartbrakes, han ampliado el espectro temático de unas letras hasta ahora muy anquilosadas en los estereotipos heterosexuales más simplones. El álbum de West (el primer rapero metrosexual interesado en la moda y el diseño de muebles, podría decirse) marca un punto de inflexión a partir del que las canciones comienzan a ser lamentos amorosos, casi lacrimógenos, y hablan del corazón más que de la pasta y las “zorras” de traseros prominentes. Eso sí, a todos les ha costado en algún momento que les llamaran “maricones”.
Curiosamente, uno de los raperos que más utiliza la palabra faggot (maricón) en sus letras es Tyler the Creator, compañero y amigo de Ocean en Odd Future. En medio de la imparable oleada de apoyos y muy a su manera, también se ha subido al carro en Twitter: “Mi gran hermano al final jodidamente lo hizo. Estoy orgulloso de ese negro porque sé que esa mierda es difícil o lo que sea”. Esto no quiere decir que aquí termine la homofobia en el rap. Entre otras cosas, porque Ocean es más un cantante de hermosa voz que un MC de afiladas rimas. Pero existe una incipiente escena underground en Nueva York, el queer rap, que ha unido abiertamente la homosexualidad con el género. Es cierto que quizá de una forma más militante que normalizada. Cuando dos o tres de esos nombres emerjan a la superficie comercial, se podrá hablar ya del gran cambio generacional.
Frank Ocean, *No church in the wild.
*Swim good.

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