viernes, 27 de enero de 2012

SIEMPRE TUYO

Un amor que da miedo
Daniel Glattauer se aleja del romanticismo de 'Contra el viento del norte' en su nueva obra.

Después de una vida dedicada a la crónica periodística en los tribunales de Viena, Daniel Glattauer escribió una novela que conmovió al mercado y a los corazones. Contra el viento del norte (Alfaguara), la historia de amor entre Emmi y Leo que nace, crece y se adormece a través del correo electrónico, arrasó. Texto a texto, se intrigan, se malinterpretan, se confían, se seducen y se obsesionan. Sin haberse visto, ni escuchado ni olido ni tocado. Su desenlace, además, disgustó tanto que los lectores casi empujaron al autor a escribir una segunda parte, Cada siete olas, que se ajustase más al final feliz de la tradición romántica.
No solo le aplaudieron los lectores, muchos críticos alabaron la obra. Justo Navarro, en su reseña para Babelia del 24 de julio de 2007, le aclamaba por haber escrito "una estupenda novela de costumbres, un divertido estudio de la banalidad contemporánea. La trivialidad de la clase media puede ser apasionante". Para muchos significó el riunfo de la novela epistolar del siglo XXI. De ambas entregas vendió 2,5 millones de ejemplares en todo el mundo.
La cuestión que siguió a este maremoto editorial era obvia: ¿Qué escribiría después Daniel Glattauer? El miércoles 1 de febrero lo sabrán lectores de todo el mundo, ya que el lanzamiento es simultáneo. Ese día saldrá a la venta su nueva novela, Siempre tuyo, de la que adelantamos las primeras páginas. Es también una historia de amor, pero la conmoción que puede causar es de naturaleza bien distinta a la que acompañaban los diálogos vibrantes de Emmi y Leo.
Protejamos el interés de la novela y corramos un denso cortinón, pero esta es su somera síntesis: Judith, soltera, equilibrada, propietaria de una tienda de lámparas de Viena, conoce por azar en la caja de un supermercado a Hannes, un arquitecto con una sólida carrera que se enamora intensamente de ella y que rápidamente conquista a todo su entorno. Y... hasta aquí puedo leer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario