jueves, 19 de enero de 2012

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La Casa Blanca rechaza el oleoducto que iba a atravesar Estados Unidos
El proyecto cruzaba una zona protegida, los acuíferos de Sand Hills y Ogallala, en Nebraska, lo que provocó numerosas protestas por parte de grupos ecologistas.
David Alandete Washington 18 ENE 2012 - 21:33 CET
 
La Casa Blanca rechazó este miércoles el permiso a una empresa canadiense para construir un conducto de petróleo que hubiera cruzado Estados Unidos de norte a sur, conocido como Keystone XL. El proyecto iba a atravesar una zona protegida, los acuíferos de Sand Hills y Ogallala, en Nebraska, lo que provocó numerosas protestas por parte de grupos ecologistas. La empresa solicitante, TransCanada, tiene ahora la oportunidad de proponer un nuevo trazado para ese oleoducto, que traería crudo del oeste de Canadá a las refinerías del golfo de México.
El presidente Barack Obama anunció el rechazo en un comunicado, en el que aseguró que su decisión obedece a la presión de los republicanos, que le han intentado imponer unos plazos de decisión poco realistas. “Este anuncio no es un juicio sobre los méritos del oleoducto, sino sobre la naturaleza arbitraria de unos plazos que le impidieron al Departamento de Estado recabar la información necesaria para aprobar el proyecto y proteger a la ciudadanía americana”, dijo Obama. “Estoy decepcionado con el hecho de que los republicanos en el congreso forzaran esta decisión, pero esto no cambia el compromiso de mi administración con la energía generada en América, que cree puestos de trabajo y reduzca la dependencia de crudo extranjero”.
Los legisladores republicanos, que controlan una de las dos cámaras del Congreso, apoyaron el proyecto de oleoducto, que hubiera medido 2.700 kilómetros. Consideran que hubiera estimulado el empleo y hubiera permitido obtener crudo barato de un aliado como es Canadá, descendiendo a la larga importaciones de países como Venezuela. El proyecto estuvo bajo consideración durante tres años. La inmensa tubería requiere de permiso del Gobierno federal porque cruza una frontera internacional.
“El presidente ha prometido crear empleo, y hoy ha roto esa empresa”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. “El presidente no tiene la capacidad de enfrentarse a su base política, ni siquiera cuando se trata de crear más puestos de trabajo. Ahora Canadá puede buscar pactos con otras naciones, como China, para vender su petróleo. Las decisiones políticas del presidente están empeorando la economía norteamericana, en lugar de mejorarla, tal y como demuestra esta decisión. La lucha, sin embargo, no ha acabado”.
La Casa Blanca ha rechazado el trazado propuesto por TransCanada, pero no ha presentado una negativa total y tajante al proyecto. Inicialmente, Barack Obama intentó posponer la toma de decisión hasta 2013, después de las elecciones presidenciales de noviembre, pero los legisladores conservadores le impusieron una fecha límite en febrero, a través de diversas leyes aprobadas en la Cámara de Representantes.
Los ecologistas le pedían al presidente que prohibiera el trazado de la tubería por los riesgos de fisuras y vertidos de petróleo, y por las emisiones de CO2 que entrañan las operaciones de extracción de crudo en las zonas de arenas de alquitrán en Canadá. Por ese oleoducto propuesto hubieran discurrido 830.000 barriles de crudo diarios. El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, apremió esta semana a Obama a que autorizara el oleoducto, dadas las amenazas de Irán de cerrar el estrecho de Ormuz, por el que pasa el 18% del consumo global de crudo por parte de EE UU.

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