LOS HUEVOS DE MIGUEL

La pintura de Miguel Rocha es mágica, te llega, te toca, te traspasa. Miguel es de aquí, de la tierra, lástima. Lo digo porque de haber nacido en Madrid o Barcelona, ¡qué digo Madrid!, de haber nacido en Nueva York o en Londres sería un pintor mundialmente conocido, créanme.

Miguel es una persona especial, modesta, ilustrada, pero ante todo artista. Nuestras pequeñas conversaciones matutinas, tomando el primer café, que en mi caso es ya el segundo, están llenas de datos, de pequeñas historias, de realidades y hasta de tristezas algunas veces. Él es capaz de plasmar lo que ve, lo que oye, lo que lee, lo que siente, en un lienzo para lograr en él una sucesión de sensaciones para que el alma disfrute. ¿Se puede esperar más de la buena pintura?

Recomiendo a los que puedan ir a su exposición "Cacharros", en la Recova Vieja de Santa Cruz de Tenerife, se acerquen a verla porque les gustará, y mucho. ¿Mi preferido? (sí, lo sé, siempre esta manía de jerarquizarlo todo... ¿Y tú a quién quieres más, a tu padre o a tu madre?); entonces, uno de mis preferidos ¿mejor así?, es la cafetera y las manzanas. Saldrán con el alma llena de huevos, calabazas, cocinas, neveras, bombillas, retretes, sillones, cristales, botones, sangre, agua, sal, manzanas...