sábado, 29 de octubre de 2011

BANKSY EN LONDRES

Banksy regala una sátira del Monopoly en tres dimensiones a los 'indignados' de St. Paul
Carlos Fresneda (corresponsal). Londres

Banksy, el artista callejero más cotizado del mundo, ha regalado a los "indignados" de Londres una sátira en tres dimensiones del Monopoly. La obra ha quedado instalada entre las tiendas y a los pies de la catedral de St. Paul, mientras las autoridades londinenses deciden si emprender acciones legales para ordenar al desalojo.
La obra de Bansky consiste en el tablero con la mascota del Monopoly, Rich Uncle Pennybags, sentado en el centro, visiblemente arruinado y pidiendo limosna con su chistera. Junto a él, una casa roja con la pintada 'TOX', simboliza las hipotecas tóxicas. Las 'fichas', del coche deportivo a la bota plateada, representan elementos vinculados a la recesión.
Se calcula que la obra puede valer hasta 400.000 libras (más de 460.000 euros), teniendo en cuenta la cotización de Banksy, criticado precisamente en los últimos años por traicionar su espíritu de crítica social y producir arte para las corporaciones.
El elusivo artista no se ha dejado ver por St. Paul ni ha emitido comunicado alguno. Su acción se interpreta sin embargo como un intento de frenar el desalojo y reclamar la condición de atracción turística de la plaza.

Críticas de los periódicos
Los 'okupantes' han aprovechado el regalo impagable de Banksy para responder los ataques del Daily Mail y el Daily Telegraph, que aseguraron que el 90% de las 200 tiendas del campamento están vacías por la noche.
Los diarios han usado como prueba las imágenes de infrarrojos obtenidas por la policía, aunque las autoridades locales niegan haber sido la fuente de esa información.
En un comunicado difundido a la prensa, los responsables de OccupyLSX admiten que "es posible que no todas las tiendas estén ocupadas todas las noches", pero aseguran al mismo tiempo que "las vacantes son mínimas" y que por eso ha sido necesario habilitar un segundo campamento.
La catedral de St. Paul, entre tanto, sigue cerrada "por razones de salud y seguridad". El reverendo Richard Chartres, portavoz del templo, admite que las pérdidas diarias del templo superan las 16.000 libras. El alcalde Boris Johnson se ha reunido hoy con las autoridades eclesiásticas y locales y declarado a la salida: "Me han convencido. Los manifestantes se tienen que ir".

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