miércoles, 11 de mayo de 2011

HORAS Y HORAS


El año pasado estuve en Nueva York en febrero, bajo la nieve, esta vez haciendo de cicerore de unos novatos en la gran manzana. Uno de los puntos imprescindibles del recorrido es, ¡cómo no!, subir al Empire State. Pues allá fuimos todos expectantes y, desde que entramos hasta que llegamos a lo alto del edificio, con un frío que congelaba, calculo que hicimos cola durante unas cuatro horas, si no más. Ha sido, sin duda, mi peor experiencia en el Empire. ¿Lo bueno? ya no subo más, palabrita, a no ser que esté seguro de que seamos cuatro gatos.


Acabo de encontrar, arrugada, la entrada.

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