Tuvimos cena en casa anoche; como digo, buena comida y mejor conversación. Sobre las 21:30h estábamos los seis, ocho contando a las noveleras de Augusta y Octavia que daban vueltas a nuestro alrededor por si les caía algo, y la comida se alargó hasta pasadas las dos de la mañana.
Sí, te echamos de menos, lo sabes. Y a ti también (eso es lo que tiene vivir en otra isla).
Hubo de todo, hasta pequeña y sana discusión sobre religión (lo sé, ni de religión ni de fútbol se debe hablar, pero a veces se hace difícil no hacerlo), un poco de trabajo (no mucho), algo de política. En fin, como la vida misma.
Había estado dándole vueltas a la cabeza con el menú, pues quería cocinar yo mismo, y al final opté por éste:
Como era la primera vez que hacía un pastel de carne con hojaldre esto fue lo que más me costó. Al final no quedó del todo mal y, aunque un poco pegado al fondo del molde, de sabor estaba muy bueno. Mientras cocinaba me entretuve haciendo fotos al proceso pasteril.
Y como me gusta recordar, quien tiene un amigo tiene un tesoro.
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