viernes, 31 de diciembre de 2010

SE ACERCA EL FIN DE ESTE ACIAGO AÑO

Hállome en casa huyendo de los fastos finianuales y disfrutando de un clásico de 1976, en este caso "El viaje de los malditos". La película, ambientada en el año 39 del siglo pasado, se desarrolla en un barco con refugiados judíos alemanes que huyen del régimen nazi e intentan refugiarse en La Habana. Algunos son víctimas de los primeros campos de concentración, otros intentan reunirse con sus parientes en Cuba. Ciertos pasajeros adinerados podían permitirse el viaje, pero la mayoría dejó toda su vida atrás huyendo del terror del Tercer Reich. Cuando llegan a su destino, las autoridades cubanas les niegan la entrada, y con el resto del mundo mirando para otro lado, les obligan a volver a Alemania. Esta es la historia del llamado "viaje de la vergüenza". Impresionante reparto para un film cuyo auténtico título es "el viaje de los condenados".
Veo la película nuevamente, no sólo por mi gran interés por la shoah (gran vergüenza que no debe olvidarse) o mi afinidad con el pueblo judío, sino porque desgraciadamente veo como hoy se repiten algunas de las premisas que se dieron aquellos años en Europa. La persecución que hizo la prensa, los gobiernos, la opinión pública, etc., contra los judíos llevó al triste y trágico final que todos conocemos (repito, de gran vergüenza para la Humanidad), hoy se repite -salvando las distancias, para que no se enfade mi amiga Gloria por la comparación- con algunas de las campañas que se han comenzado, por ejemplo, en España (contra los controladores), en EEUU (contra Wikileaks), en Irán (contra Israel), y así seguiría una lista interminable. El truco es sencillo: repetir y repetir hasta la saciedad una mentira y así ésta acabará convirtiéndose en verdad. Al fundador de Wikileaks lo acusan de violación y sólo se habla de ello, incluso en países tan "avanzados y democráticos" como Suecia, donde casualmente creo que la extradición a los Estados Unidos está firmada por tratado (la cortina de humo ya está funcionando); en Irán niegan la existencia del Holocausto, al igual que niegan que se persiga a los gays en el mundo árabe porque, sencillamente, no existe allí la homosexualidad; o en España donde se han declarado públicamente, con aplauso del respetable, personas non gratas a los controladores y ya los odia todo el país (¿y el siguiente paso será legalizar sus linchamientos?).
¡Mundo cretino!

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