lunes, 20 de diciembre de 2010

ADOLFO

Leo en el blog de CUTRE un artículo tomado del periódico La Provincia sobre mi amigo Adolfo López, al que por cierto conozco desde pequeño pues es el sobrino de unos de mis mejores amigos de Las Palmas. Aprovecho para reproducirlo también en mi blog.
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laprovincia.es/Deportes
El Atlántico en un mini
Adolfo López tiene el mar como su gran pasión y una meta: la Mini Transat de 2013, una regata en solitario desde Francia hasta el Caribe a bordo de un barco de sólo 6,5 metros.
EVA PÉREZ

El océano es una de las grandes pasiones de Adolfo López. El mar es su vida porque "todos los grandes momentos de mi existencia han estado vinculados al barco". Como los retos le persiguen, se ha propuesto embarcarse en la Mini Transat, una regata transatlántica para barcos de 6,5 metros de eslora en la que navegantes expertos atraviesan en solitario el Océano Atlántico. Desde Francia hasta el Caribe -4.500 millas- sin más compañía que la mar, una masa ingente de agua que puede convertirse en dulce compañera o en el peor enemigo. Comparten la travesía con el viento, caprichoso y volátil, tormento y consuelo de todo navegante; y el constante azote del salitre, que se convierte en caricia cuando la meta se perfila en el horizonte.
Esta regata, que empezó a celebrarse en el año 1977 cada dos años, es una de las grandes referencias a nivel mundial de la vela oceánica. Canarias ha sido un enclave relevante, ya que en la mayoría de las ediciones Tenerife o Lanzarote han sido la primera escala de la travesía. Fue precisamente en la isla majorera donde Adolfo se enamoró de estos pequeños barcos, los minis. Su familia pasaba siempre las vacaciones a bordo de un barco y en uno de aquellos veranos a la deriva, cuando tenía 16 años, quedó prendado de su elegancia. Las obsesión le vino persiguiendo durante años y el sueño se fue cimentando lentamente. En medio hubo muchos otros veranos navegando, una carrera en Odontología cursada en Madrid y dos máster, uno en ortodoncia y otro en estética dental. Pero la llamada del océano es implacable y no hay quien le ponga remedio a una obsesión en la que se mezclan marea, remolino y horizonte.
En diciembre del año pasado Adolfo viajó a Barcelona para participar en una concentración de minis. La experiencia no hizo sino reafirmarle en la locura y decidió que quería participar en la Mini Transat. Para ello ha puesto en marcha "un proyecto deportivo de cuatro años" en el que el fin último es navegar en la edición de 2013. Para estar en la salida hay que recorrer antes un largo camino que le obligará a demostrar su destreza como regatista. Para ser admitido entre los participantes tendrá que avalar 1.000 millas de navegación -unos 1.600 km-. En enero de 2013 tendrá que tener completados los recorridos previstos, que incluyen travesías por el Mediterráneo y el Atlántico.
En la última edición de la Mini Transat, tomaron la salida unos 60 barcos. Hay lista de espera para formar parte de esta odisea. Hasta la fecha ningún canario ha participado y en total unos diez españoles han formado parte de la aventura. Adolfo batalla para conseguir apoyos en este ambicioso proyecto. Son muchos los gastos que hay que afrontar y los patrocinios y ayudas escasean más que nunca. Pero no desiste, porque cuando el océano atrapa a un marino, no hay quien ponga remedio a su embrujo de salitre. El navegante canario batalla para conseguir apoyos a su ambicioso proyecto.

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